En la iglesia metodista episcopal Emanuel African de Charleston, en Carolina del Sur, entró Dylan Roof el pasado 17 de junio y disparó contra diez personas, matando a nueve de ellas. Sus víctimas eran negras. Él, blanco, de ideología nazi y con vídeos en los que escupe y quema la bandera norteamericana. Roof pasó a engrosar la larga lista de criminales racistas y Charleston la también dolorosamente larga lista de lugares donde los amantes de la paz y la fraternidad entre razas vamos a poner velas, rosas y recordatorios. Y a esperar la siguiente, que con triste certeza sabemos que llegará.
La NFL, como parte esencial de la sociedad norteamericana, no ha sido ajena a esta tragedia.
Sanders Commings, safety que está tratando de entrar en la plantilla de los Kansas City Chiefs, perdió un primo en el asesinato múltiple. En concreto el Reverendo Clementa Pinckney, que no sólo era un pastor de la iglesia metodista episcopal sino que también era un senador del estado, y una de las figuras más queridas y respetadas de la comunidad afroamericana de Carolina del Sur.
Jerry Richardson, dueño de los Carolina Panthers, ha donado 100.000 dólares. De ellos, 10.000 van para las familias de cada una de las víctimas, por si puede ayudarles en los gastos fúnebres. Los otros 10.000 van a parar a la propia iglesia Emanuel African de Charleston.
Calvin Johnson utilizó twitter, creando una nueva cuenta, para expresar sus sentimientos con respecto al atentado. Sus primera palabras fueron para decir que "todos nacemos en el amor, el odio es algo aprendido. Amemos a nuestros vecinos". No fue el único, por supuesto, de los jugadores de la NFL que usó la red social por excelencia para condenar los hechos, pero sí que llama la atención que decidiera crear su cuenta por el asesinato múltiple de Charleston. Hay cosas que te impactan de forma absoluta, y el odio asesino de un criminal racista es una de ellas. A Calvin Johnson y a cualquiera con un mínimo de humanidad.