¿Alguien tuvo una sensación de déjà vu por la manera en la que Sheamus se convirtió en el nuevo Campeón Mundial de Peso Completo WWE en Survivor Series? Si así es, se debe a que fue muy similar, casi idéntica, a la manera en la que Randy Orton se coronó en SummerSlam 2013.
En aquella ocasión, John Cena expuso el título y lo perdió ante Daniel Bryan, precisamente cuando éste último atravesaba un momento clave en su carrera, mediante el cual el público lo eligió como su nuevo ídolo.
Parecía un sueño hecho realidad. Un feliz Bryan se alzaba con el título y era felicitado por John Cena. Era el esperado pase de estafeta, el inicio de una nueva era.
El único problema es que WWE no creía que realmente Bryan pudiera con el paquete de ser el monarca principal de la compañía, así que durante la celebración apareció el entonces poseedor del maletín Money in the Bank, Randy Orton, en lo que parecía ser un reto muy al estilo Japón: “Voy por tu título el próximo mes”.
Pero cuando Orton parecía irse, Triple H –el réferi especial—traicionó a Bryan, le aplicó el pedigrí y dejó que Orton cambiara el maletín para coronarse, dejando al público una sensación amarga de funesta decepción.
Nos adelantamos a Survivor Series 2015 y pasa algo similar: Roman Reigns, al igual que Daniel Bryan, celebra con confeti cayendo de las alturas (algo no muy común). Triple H no fue el réferi especial, pero sí llegó a felicitar a Reigns como en su momento felicitó a Bryan.
Una diferencia es que Reigns no se mostró confiado del traicionero Triple H, y le conectó la tacleada Spear en vez de esperar un pedigrí. De pronto, llegó Sheamus, cobró el maletín y celebró el triunfo al lado de Triple H.
¿Por qué se repitió la secuencia de sucesos?
Debido a que Vince McMahon no quería que ni Roman Reigns ni Dean Ambrose se volvieran rudos, la otra opción para ser “la cara de La Autoridad” era Sheamus, y de alguna manera buscaron repetir la secuencia porque tras SummerSlam 2013, Daniel Bryan terminó volviéndose más popular, tanto que a WWE no le quedó de otra más que incluirlo en la estelar de WrestleMania XXX, donde por fin pudo coronarse.
Sin embargo, el apoyo hacia Bryan fue orgánico, salió de los mismos aficionados. No tuvo nada que ver con lo sucedido en SummerSlam. Sólo hay que ver cómo festejaba el público la victoria de Bryan sobre Cena y lo apagado que estaba ante la victoria de Reigns sobre Ambrose (que, dicho sea de paso, fue la lucha más floja del torneo).
Lo que más beneficiará a Reigns de lo sucedido ayer, fue el final, cuando quedó solo sobre el ring y la cámara hizo varios close ups que mostraban al grandulón al borde del llanto. Eso quizá le traiga un poco de empatía por parte de los aficionados, pero difícilmente logrará replicar la respuesta hacia Bryan.