Ya van 12 años en los que Skoda se asocia con el Tour de Francia y se convierte en su coche oficial, y en esta ocasión le concederá un protagonismo especial a uno de sus últimos lanzamientos: el nuevo Superb.
Cuatro unidades de color rojo actuarán como vehículos de la Dirección de Carrera y funcionarán como centro de mando. Desde ellos se da luz verde para comenzar cada mañana la etapa, se organiza el tráfico alrededor de la prueba y se mantiene en contacto permanente con los comisarios.
El interior del Superb del Director de Carrera cuenta con una variada gama de equipos técnicos, incluyendo cuatro canales de radio, para transmitir y recibir órdenes e información. La tecnología puede ser controlada desde la parte trasera del coche, donde se ha instalado una gran consola central.
La marca estará presente durante toda la prueba con una flota de 250 coches, principalmente Octavia Combi y Superb, que se utilizarán para el transporte de invitados, VIPS, colaboradores… Durante tres semanas, los vehículos cubrirán alrededor de 2,8 millones de kilómetros.