Sin duda, un peleador que brilló en UFC Fight Night de Orlando fue Conor McGregor y el irlandés ni siquiera estaba ahí. La cuestión fue que recibió tres retos en una misma noche.
Charles Oliveira, Nate Díaz y Rafael Dos Anjos dijeron ante las cámaras que son (cada uno en su particular modo) la opción perfecta para ser el siguiente rival de McGregor.
Nate Díaz fue más allá y gritó ante cámaras que Conor sabe que si quiere una pelea que venda, debe enfrentarse a él, entre incesantes maldiciones. Después de eso Joe Rogan le quitó el micrófono, cuando sólo le había preguntado por su presentación de la noche, donde dio una gran pelea y derrotó a Michael Johnson; y es que la cuestión no era McGregor pero la ocasión le ameritó a Díaz lanzarle el reto. Más aun cuando Nate asegura que un “matchmaker” de UFC, Joe Silva le dijo que le conseguiría la pelea con el nuevo campeón pluma.
También Rafael Dos Anjos levantó la mano y le prometió una calurosa bienvenida al peso ligero si es que decide tratar de quitarle el cinturón que avala al brasileño como campeón de las 155 libras.
Y al parecer, dadas las declaraciones de Conor, pareciera que la pelea con Dos Anjos tiene más sentido que con Oliveira o Díaz, pues dentro de las aspiraciones del irlandés está convertirse en doble campeón de diferentes pesos de manera simultánea.
Sin embargo, con el estilo irónico que lo caracteriza, dirigió unas palabras a sus aspirantes a retadores:
“Alínealos a todos, arrodillados y con las manos arriba. Quiero que me rueguen”, escribió Conor en Twitter.
Teniendo en cuenta que la personalidad de McGregor es así, incendiaria y provocadora, tras vencer a Aldo, el mejor libra por libra por mucho tiempo, ganó el argumento más sólido para darse ese aire de inalcanzable: derrotó al único campeón de peso pluma que UFC había conocido en la historia de la división.
Así las cosas con el arrogante guerrero irlandés, que está colocado en los cuernos de la luna y no piensa bajarse de ahí en un buen tiempo.