Dos sumisiones al hilo, la de Abel Trujillo y luego la de Brian Ortega, fueron las que dieron paso a la pelea de Larkin contra Tumenov, una pelea de impacto.
Buena pelea, de buena técnica y con un resultado dividido para el ganador, que fue Tumenov. Y es que el intercambio de golpes a lo largo de los tres rounds que duró la pelea fue de buena manufactura.
Las combinaciones Albert Tumenov fueron certeras, precisas, con buena frecuencia, potencia y colocación. Incluso en el primer round estuvo a punto de poner a modo de nocaut a Larkin, debido a un golpe bien puesto en la cara de su oponente. Tumenov lo proyectó contra la malla y lo siguió, le conectó otro par de golpes pero no pudo sellar su victoria en ese momento.
Pero para ser declarado vencedor de esa contienda, Tumenov debió sortear el sinnúmero de patadas giratorias y a las piernas que le mandó Larkin, siempre enviadas con la intención de dañar y doblar a su rival, de modo que pudiera sacar ventaja del que fue su mejor golpe. A base de patadas fue que Larkin logró dividir la decisión y sacarle un susto a Tumenov, a quien se le ensombreció la cara cuando escuchó que no era un resultado unánime, sin embargo, sacó el resultado, muy a pesar del descontento de Larkin.