Una nueva era inicia hoy. Desde ahora se conoce como la era después de Mayweather en el peso welter, al menos del cinturón que avala el Consejo Mundial de Boxeo.
Hace algunos días les mostrábamos la previa de lo que sucedería entre Danny García y Robert Guerrero, pelea de donde saldría el heredero del “Money”, heredero del título, lo demás es otra historia.
Pues bien, ya la pelea de palabras la habían protagonizado Rubén Guerrero y Ángel García (padres de Robert y Danny respectivamente) y se calentó el asunto porque es sabido que estos hombres no se miden a la hora de hablar y de abogar por sus hijos.
Pero los boxeadores habrían de subir solos al ring para demostrar quién era el siguiente campeón.
Pues bien, las acciones se desarrollaron de manera dinámica. Aunque García es más metódico y suele llevar sus peleas de menos a más, se vio presionado por un Guerrero que siempre sale por todo porque no es su costumbre especular.
Prácticamente García la hizo de torero porque debió sortear las embestidas que le mandó Guerrero, traducidas en golpes a la cara y mucha presión al frente para encerrar al de Filadelfia y tratar de sacar el resultado.
Pero García hizo uso de su desplazamiento y movimiento de cintura para sacarse los golpes de encima, además de que usaba el mismo impulso cual resorte para abrirse paso hasta la guardia de Guerrero y conectarlo. Acaso habrá sido mejor la frecuencia de golpeo de Danny y su puntería, pues Guerrero a pesar de que conectó buenos golpes, falló otros tantos que le habrían cerrado más la decisión a los jueces, pero al final cuenta lo que entra y no lo que pudo haber entrado.
Los dos últimos rounds fueron muy intensos porque ambos soltaron las manos y los golpes que les quedaban. Guerrero cerró muy bien el onceavo porque centró varios buenos golpes en la cara de García, que el el final del round vio su salvación (de la seguidilla que le cayó, es difícil de determinar si hubiera caído con esos golpes).
Ya el doceavo fue intercambio puro, paso por paso pero siempre con golpes de poder. Llegó el momento en que se quedaron enfrascado en el intercambio casi pegados a las cuerdas. Entonces sonó la campana de fin de round y de pelea. Con todo y el riesgo de que no se separaban, el réferi se interpuso y los separó.
Luego el abrazo efusivo casi tradicional en cada pelea (de todos los carteles de boxeo y MMA) culminó la batalla para dar espacio al resultado de los jueces.
116 a 112, todo para el ganador, nuevo campeón y aún invicto Danny García, que le dedicó el triunfo a su bebé.