El día de ayer, 3 de febrero, se cumplieron quince años de que Vince McMahon comenzó una aventura que, aunque no resultó exitosa en lo económico, sí terminó por ser innovadora y sembrar de inquietudes a su competencia, la NFL. Sí, nos referimos a la XFL, la liga de futbol americano que Vince creó con espíritu renovador de uno de los pasatiempos más estadounidenses por excelencia.
Vince McMahon atravesaba por uno de los momentos de más gloria, pues apenas por esos días él y la WWF habían conseguido derrotar de manera definitiva a su competencia WCW y lograr que Ted Turner la vendiera a su empleado Eric Bischoff, quien sólo un par de meses después, sin televisión nacional, tuvo que declararse en bancarrota y aceptar lo que el propio McMahon le ofreció a él (tres millones de dólares y trabajo). Así qué ¿por qué no emprender una nueva aventura en el futbol americano?
Con ocho equipos en varias de las principales ciudades de Estados Unidos, y que no necesariamente se relacionaban con las que ya contaban con franquicia en la NFL (Demons de San Francisco, Hitmen de New York y New Jersey, Rage de Orlando, Xtreme de Los Angeles, Maniax de Memphis, Thunderbolts de Birmingham, Enforcers de Chicago y Outlaws de Las Vegas), la XFL comenzó la aventura de tratar de competir con la NFL, aunque su temporada comenzó una semana después de que la de la NFL concluyó con la apabullante victoria de los Ravens ante los Gigantes (34-7) el Super Bowl XXXV.
¿Por qué competencia? Porque Vince McMahon, en su discurso de apertura el 3 de febrero en Las Vegas lo manifestó así, con su muy peculiar forma de hablar:
“Bienvenido a la XFL… le damos la bienvenida a nuestro tipo de fútbol. Le damos la bienvenida a nuestro juego. Te invitamos a disfrutar del pase de acceso ilimitado que te da la libertad de ir a lugares que otras ligas han determinado que son restringidos. Así que para nuestra audiencia de televisión en todo el mundo, a los aficionados de todo Norteamérica, a los aficionados de aquí en Las Vegas… en nombre de los jugadores simplemente quiero decir gracias, gracias por el privilegio de competir a partir de esta noche.
“¡Damas y caballeros… Esto es … la XFL!”
Y sí, la XFL se caracterizó por ser muy diferente a lo que la NFL o la NCAA transmitía (o permitían transmitir) en los partidos de futbol americano: acceso a vestidores, entrevistas a jugadores después de concluir una jugada, cámaras, muchas cámaras: volando por el campo, corriendo detrás de los jugadores en plena acción, todo completamente de cerca.
Y bueno, eso fue en cuestión de televisión, pero Vince no sólo se cerró al producto televisivo, sino que buscó también como cambiar lo deportivo, así que nombró al temible linebacker de los Bears de Chicago, Dick Butkus, como Director de Competición, y éste se encargó de renovar viejas prácticas, empezando por lo primero que se hace en un juego: el volado, el cual fue sustituido por una competencia de velocidad llamada “Scramble”, la cual consistía en que dos jugadores, uno por equipo, se lanzaran en carrera desenfrenada sobre un balón, el que lo consiguiera decidía si recibía la patada o el lado del campo en el que quería jugar.
Todos los estadios que usó la liga eran al aire libre y con césped natural. Aunque en cierta forma, esto ocasionó problemas a estadios como el de Chicago y el New Jersey debido al clima aun invernal durante buena parte de la temporada.
No hubo intentos de puntos extra, fueron sustituidos por conversiones, pero que sólo valían un punto. Los tiempos extras garantizaban al menos una posesión a cada equipo. Bajaron el reloj entre jugadas a 35 segundos. Todas estas medidas, fueron reconsideradas y adaptadas para la NFL después de la extinción de la XFL.
Y claro, al llamarse Xtreme, la liga permitía ciertas cosas más rudas para hacer las transmisiones más espectaculares: los ofensivos podían estar en movimiento siempre y cuando no rebasaran el balón antes de sacar la jugada, también eran permitidos los contactos de los defensivos después de comenzada la jugada y antes de que recibieran el balón. Situación que la NFL difícilmente adoptará por los problemas de lesiones y conmociones que puede llevar golpear a un jugador por su lado ciego.
El resultado en la primera transmisión fue muy satisfactorio tanto para Vince McMahon como para sus socios comerciales de la NBC, que contabilizaron 14 millones de televidentes, una cifra muy similar a lo que se conseguía con la NFL por esos días en un fin de semana normal. De hecho, NBC había prometido la mitad de esa cantidad a sus anunciantes, así que las sonrisas no podría abandonar a Vince durante esa noche.
Sin embargo las críticas de diversos medios, especialmente ESPN y varios periódicos de circulación nacional -muy probablemente influenciados por la NFL-, comenzaron a colarse entre la audiencia:
que si se caía en explotación sexual a las porristas:
Que si, como Vince estaba acostumbrado, la XFL no tenía nada de deporte y todo estaba “arreglado”
Que resultaba muy turbio tantas cámaras metidas dentro del campo:
La innovación del Scramble fue satanizada después de que el jugador del Rage, Hassan Shamsid-Deen, se dislocara el hombro durante dicha acción.
En fin, los chistes ridiculizando a los jugadores y a la liga fueron la comidilla de todos los días en los noticieros deportivos como Sport Center, y terminaron por influir en los televidentes y menguar en el ánimo de jugadores y patrocinadores, los raitings se desplomaron hasta llegar a 1.6 millones durante las últimas semanas. Y tras la final, donde Los Angeles se impuso a San Francisco 38-6 el 21 de abril, NBC anunció que había perdido 35 millones de dolares en la coproducción de la temporada y que de ninguna manera estaría dispuesto a participar en una segunda temporada. Sin embargo Vince aún tenía el ánimo de conseguir que los canales UPN y TNN le apoyaran, pero las negociaciones con éste último terminaron por hacer imposibles la segunda temporada.
Con una pérdida de más de 35 millones de dólares, sin duda Vince McMahon no podría considerar un éxito su incursión en el futbol americano, sin embargo sus aportaciones sí deberían considerarse como un logro, no sólo para la NFL sino para el deporte en general. Es en serio, la XFL vivirá en el recuerdo, no por lo que perdió como negocio, sino por la forma en que influyó a la NFL y a las demás ligas deportivas. Como ya se comentó líneas arriba, la NFL adoptó varios de los cambios en sus reglas por lo que la XFL hizo, de la misma forma, hoy es muy común ver las famosas sky cams en cualquier deporte o primeros planos de las jugadas por las cámaras más cercanas a las acciones, pero esto no sucedía antes de la XFL; de igual forma, ahora es común en varias ligas como la NBA, NHL y MLB el hacer entrevistas a los jugadores en las pausas propias del juego. O que decir de los micrófonos en los entrenadores y entre los jugadores en las zonas de descanso. La XFL desmitificó la zona de vestidores, y eso fue algo que hoy en día es muy común tras una victoria o una derrota en cualquier liga. El hecho de pensar en una liga sería, como era considerada la NFL, sólo pudo ser demolido tras el contacto que la XFL tenía con sus jugadores donde eran mostrados haciéndose bromas y en situaciones divertidas, cosa hoy muy normal en todos los deportes. En la XFL, los jugadores se presentaban ellos mismos antes de entablar su ofensiva o su defensiva, la NFL no ha llegado a tanto, pero sí han grabado sus presentaciones propias antes del juego y presentadas en la transmisión. La personalidad de los jugadores era respetada, e incluso aplaudida, dejando que ellos decidieran que es lo que decía su jersey, en lugar de su nombre, hubo casos muy polémicos como el de “He hate me” (Él me odia), que han hecho que la NFL evite esto, sin embargo hay jugadores que han logrado avanzar por encima de esa restricción de la liga, como el famoso Chad Johnson que llegó incluso a cambiarse el nombre para que en su espalda saliera lo que el quería: OCHOCINCO (su número en español)
Eventualmente algunos jugadores egresados de la XFL invadieron a la NFL con relativo éxito, como Tommy Maddox en Pitsburgh, con quien ganó el Super Bowl XL. Y alguno también logró llegar a WWE, Ricky Ortiz, que a la postre terminó por llevarse el premio mayor al casarse con la diva Layla.
Aunque haya sólo una temporada lo que duró la XFL, difícilmente se le puede quitar los méritos e imaginarlos sin la visión siempre futurista de Vince McMahon. La NFL debería de reconocer el genio y el aporte, y darle el justo lugar que se merece entre los visionarios deportivos.