Tras perder ante Holly Holm, Ronda Rousey ha sido vista en pocas ocasiones. Una sola patada le borró la sonrisa orgullosa con que siempre baja del octágono y debió lidiar con un sentimiento con el que tenía años que no convivía, la derrota.
Su primera fotografía que fue pública luego de perder en Australia fue una que su propia madre compartió en Instagram, en la celebración del Día de Acción de Gracias. También rolaron por Internet imágenes donde saca a pasear su perro, acompañada de Travis Browne.
Hizo la grabación de un comercial para el Super Bowl y también apareció en el Saturday Night Show como anfitriona e hizo una amplia sesión de fotografías en body paint para una revista. Sin embargo, desde aquella noche en Australia, no se le había visto cerca de una superficie de combate.
Pues ya salió por primera vez en tres meses una imagen de Ronda Rousey con su entrenador, Edmond Tarverdyan, guanteando. Algo que no debería ser sorpresa, salvo que tenía prohibido el contacto hasta por seis meses. Aunque si sólo se trata de guanteo son que la toquen tal vez no resulte mal para ella, aunque por ser Ronda Rousey y lo que representa, es normal que se haga un gran revuelo por ello y más por la secresía con la que se ha manejado.
Ha habido muchos rumores sobre su siguiente pelea, que si UFC 200, que si se tomará un año fuera del octágono para cumplir con la larga lista de películas que debe terminar este año… lo cierto es que ni ella misma lo sabe (o lo ha proyectado aún) sin embargo, eso no la exime, como atleta de alto rendimiento que es, de estar preparada para lo que sea que UFC le tenga preparado.
Sin embargo, habrá que darle espacio, tal vez necesite un respiro pues desde el día uno en que consiguió el cinturón ha ganado más atención, responsabilidad y obligaciones, tanto que entre cada defensa tenía más y más cosas que hacer.
Así que después de todo está bien que no regrese tan apresuradamente al octágono en tanto tenga asuntos por resolver, como representante y parteaguas de las artes marciales mixtas femeniles, incluso se lo merece.