Hay momentos que marcan una época, virajes de timón que quedan marcados en la historia, uno de esos instantes en la WWE sucedió justamente hace un año, el 23 de febrero de 2015, durante la transmisión de Raw.
Por años (por no decir: desde su creación), la división de Divas, fue vista sólo como un complemento a todo lo que representa la WWE, un complemento, pero muy ínfimo y de poca calidad (y para ser realistas, muchas veces lo era), sin embargo, una nueva generación de luchadoras, más que divas, comenzaba a despuntar y a llamar la atención para los que seguían por el WWE Network las transmisiones de NXT. Pero en los programas normales, las Divas seguían siendo relegadas a luchas de escasa difusión y menor duración, sin embargo, la cosa cayó en lo ridículo aquella noche, pues el equipo de programación de RAW dictaminó un encuentro entre Emma y Paige contra las hermanas Brie y Nikki Bella.
La lucha, que no llegó a serlo, se terminó en un tiempo de 30 segundos, pues aprovechando que Paige y Nikki se hacían de palabras en sus respectivas esquinas, Brie cacheteó a Emma y le aplicó el Bella Buster para cubrirla y terminar el encuentro. La situación no sólo irritó a las divas, fueron los aficionados los que más se molestaron y comenzaron a escribir mensajes de apoyo a las gladiadoras de WWE con el hashtag #GiveDivasAChance, el tema se volvió en tendencia mundial y cimbró los cuarteles generales de WWE, más aún cuando la ex Campeona de Divas, AJ Lee, se levantó en un mar de reclamos a Stephanie McMahon hablando de que eran las Divas las máximas vendedoras en mercancía, además de que eran las que originaban las crestas más altas en los ratings de Raw, y sin embargo no recibían mucho tiempo en la transmisión, además de los sueldos que no eran equitativos comparados con los de los gladiadores masculinos. La propia Stephanie y el mismísimo Vince McMahon tuvieron que salir en sus redes sociales a apagar el fuego diciendo que sí escuchaban los reclamos y que los cambios llegarían.
Y llegaron, aunque AJ Lee se retiraría sin ver lo que comenzó, pues en julio de ese año, el 13, Steph se presentó para dar la alternativa en el roster principal a tres nuevas gladiadoras provenientes de NXT: Becky Lynch, Charlotte y la entonces Campeona NXT, Sasha Banks. Comenzando la famosa Divas Revolution. Desde entonces, las mujeres en el roster principal han demostrado que pueden estar con un gran nivel luchístico y han conseguido tener más tiempo en sus combates, además de más segmentos e incluso encabezar el programa con una firma de contrato. Además, se esperan dos luchas femeniles en Wrestlemania.
Pero el cambio va más allá de la lucha libre femenil en WWE, el cambió volvió a los aficionados de internet consientes de su poder, y los directivos de la empresa se han encargado de escuchar los comentarios y los reclamos, cosa que no ha pasado desapercibida entre la gente del medio, el propio Vince Russo lo mencionó cuando Roman Reigns salió del agrado de la afición y la línea creativa tuvo que girar en su contra:
“Nunca, ni en mis sueños más locos, nunca, nunca –y pongo mi vida en ello, mi reputación en ello, mis hijos en ello—habría pensado que Vince McMahon y la WWE empezarían a doblegarse ante la comunidad luchística de internet. Nunca, ni en más salvaje imaginación hubiera pensado que la comunidad luchística de internet tendría alguna vez influencia en Vince McMahon y en las decisiones creativas de su compañía. Nunca lo hubiera pensado, porque cuando estaba allí, no era la filosofía. Los miles fans de internet no importan, sino los millones y millones y millones de televidentes en casa. Esas son las personas que importan a WWE, porque Vince sabe que la comunidad de internet, sin importar que el programa sea bueno o malo, de cualquier forma va a sentarse a sintonizar el programa cada semana”.
Sin embargo los tiempos cambian, y la red ha demostrado ser un poder que aun no termina por revelarse por completo. Y que en WWE comenzó a sentirse por #DenleALasDivasUnaOportunidad.