La estrategia perfecta hizo en UFC 196 la nueva campeona a Miesha Tate al someter en el quinto round a Holly Holm, esa que hace poco sorprendía al mundo noqueando a la imbatible Ronda Rousey.
Hoy campeona Miesha Tate no desesperó, desde el primer round trajo a su guardia a Holm, quien para cuando se daba cuenta ya estaba persiguiendo a la antes retadora al cinturón, se acercaban a intercambiar un par de golpes para provocarse mutuamente, y aun cuando los golpes no fueron muchos en el primer round se notaba un duelo de estrategias en donde cada cual apostaba por atraer a la contrincante a su juego. El segundo round fue el clave, Miesha logró derribar a Holly y se mantuvo sobre ella por la mayoría del round haciendo entrar en desesperación a Holm, quien no estaba acostumbrada al forcejeo en el piso, pues a parte de desesperante, es bastante cansado. Ese fue el punto clave. A partir de ahí Miesha solo tenia que esperarla, amagar con los derribes, mantenerla atenta a eso, y ni siquiera la distancia a favor que tenía Holly fue aprovechada en su totalidad, pues estaba demasiado acostumbrada a pelear con espacios, pero siendo perseguida.
Los siguientes rounds aun sin muchos golpes mantuvieron al público animado, pues el ambiente olía a que alguien cometería el error, hicieron el suspenso muy digerible y para nada aburrido, Holly logró conectar patadas a la zona media que hacían retroceder a Tate, pero volvía para devolver el favor de inmediato. Sin ser expertos se podía prever que si Miesha lograba otro derribo, tendría la pelea en el bolsillo y el cinturón en su cintura. La paciencia fue todo. Pasaba poco más de la mitad del último round cuando Tate encontró el hueco, derribo a Holly , quien sabía perfectamente que si no salía de esa, la pelea estaba perdida. Así fue. Holm forcejeó por salir de esa, pero cuando un brazo le rodeó la garganta y la piernas de Miesha la envolvieron, no quedó mas que un ahogado manoteo que poco logró, y poco duró. Holm terminó desmayada y el público jalaba el suspiro que le falto a Holm para el grito de la sorpresa.
Una campeona que pasaba en ese momento de noqueadora a bella durmiente, y una eterna retadora Miesha Tate que al fin ve los frutos de su esfuerzo verse logrados ante la más difícil prueba que le podían poner. Miesha Tate, la que hace poco pensaba en el retiro si no tenía una nueva oportunidad por el cinturón no se decepcionó, y no decepcionó a los fanáticos.