La noche de ayer, en el combate semiestelar de UFC 196, Miesha Tate dio la sorpresa al convertirse en la tercera poseedora del Campeonato Mundial Femenil de Peso Gallo UFC, derrotando de manera sorpresiva y mediante rendición a Holly Holm, a los 3’30” del quinto round, cuando Holm iba arriba en las tarjetas de los jueces.
Uno esperaría que Ronda Rousey estuviera atenta a esa pelea, pues sabía que ella sería la rival de la ganadora, ya fuera Holm en una esperada revancha, o bien, Tate, en lo que sería el tercer choque entre ellas.
Sin embargo, Rousey se encontraba disfrutando de la función de Pro Wrestling Guerrilla, que tuvo su All Star Weekend 12. Rousey fue captada entre el público al lado de su amiga, la también peleadora Marina Shafir, prometida de Roderick Strong.
Here is Ronda Rousey at the PWG show tonight. Not concerned with Miesha and Holly. pic.twitter.com/lpSgMYbEiD
— FrontRowBrian® (@FrontRowBrian) March 6, 2016
“Aquí está Ronda Rousey en el evento de PWG. No está preocupada por Miesha y Holly”.
Así, mientras Miesha Tate daba la sorpresa al destronar a Holly Holm en UFC, Rousey veía cómo el novio de su amiga era destronado por Zack Sabre Jr.
El desapego que Rousey ha tenido hacia las MMA es, indudablemente, prueba de que no ha terminado de salir de la depresión que le trajo el haber sido derrotada por Holm en noviembre pasado. Una buena señal es que Dana White telefoneó a Rousey después de la función para informarle lo que había sucedido, y ésta pareció motivada al decir que está lista para regresar al trabajo.