No es imposible que haya alguien (¿Stan Wawrinka?) que pueda detener a Novak Djokovic en su avance relampagueante hacia la que sería su cuarta final de Wimbledon: pero la superioridad que viene ofreciendo el número uno del mundo sobre el pasto del All England solo admite un calificativo y es el de 'insultante'. De nuevo en la Centre Court, y como ya ocurrió en su debut en el torneo, ante Kohlschreiber,... Djokovic ganó cuándo y cómo quiso: 6-4, 6-2, 6-3 en solo 92 minutos a un Jarkko Nieminen que, al borde de los 34 años y de su retirada del tenis, arrancó en su despedida una brizna de la sagrada hierba de la Centre Court. Djokovic finiquitó la carrera de Nieminen en Wimbledon con ocho saques directos y con su habitual dosis de restos matadores como inyecciones letales: Nieminen solo ganó 12 de 28 puntos jugados con sus segundos saques (43%) y esos restos procuraron a Djokovic 14 puntos de 'break'... de los que ocho cayeron en la bolsa del serbio.
Al fin, Djokovic declaró en el túnel de la salida de la Centre Court: "Le di la enhorabuena a Jarkko por su magnífica carrera y por haber jugado tan bien tantos años. Siempre ha sido un placer jugar contra él. Yo he jugado muy sólido, con algún tiro increíble y algunos ratos de buen tenis, hasta tomar el control del partido. Estoy contento por el modo en que vengo jugando y espero que el nivel vaya aumentando aún más hasta el final del torneo". Ya en la tercera ronda, Djokovic chocará con el australiano Bernard 'Bernie' Tomic (número 26 del mundo), que en 2011, cuando Novak conquistó su primer título en Wimbledon, fue capaz de arrancar un set en el All England a una de las mejores versiones de Djokovic. Desde 2012, Djokovic y Tomic no se han vuelto a enfrentar. Djokovic ha ganado sus tres cruces entre 2011 y 12.