Ninguno superaba los 20 años esa tarde del 19 de julio del 2007, en la que entraron a la cancha del Estadio Nacional de Toronto con la camiseta de Chile y Argentina. La mayoría eran todavía jóvenes, nacidos entre 1987 y 1988. con pocos partidos en Primera y un sueño en común: instalarse en la final del Mundial Sub 20 de Canadá.
Ambos equipos eran los grandes favoritos del torneo. Llegaban a semifinales invictos y se conocían de hace tiempo. Meses antes se habían visto en el Sudamericano y habían igualado 0-0. Pero en norteamericana, ese día, la historia fue distinta. No sólo por la goleada 3-0 de Argentina (que sería campeona), sino también porque la eliminación de Chile fue con escándalo.
Primero en cancha, con las expulsiones de Gary Medel y Dagoberto Currimilla y después en hotel con jugadores detenidos, otros agredidos por la policía canadiense en el hotel, y todos esperando pronto una revancha.
Y la historia después de años archivada, tendrá un nuevo capítulo. Hasta ocho jugadores de los que estuvieron esa tarde en Canadá, podrían jugar este sábado en la final de la Copa América en el Estadio Nacional. En Argentina, los campeones juveniles, Sergio Agüero, Sergio Romero y Angel di María (autor del primer gol ese día) se han convertido en los últimos años en piezas claves, y Ever Banega también espera tener una oportunidad.
Del otro lado, la lista también es larga. Gary Medel, Arturo Vidal, Mauricio Isla y Alexis Sánchez también sobreviven ocho años después, con dos mundiales en el cuerpo y cargando en su espalda la primera final de Chile en 28 años. Una que le fue esquiva esa tarde y que ahora, después de largo tiempo, puede llegar en casa.