WWE Extreme Rules: Dean Ambrose salió riendo del manicomio

Mick Foley validó el resultado de la lucha. La primera edición del Asylum match solo puede ser calificado de una forma: espectacular. Dean Ambrose llevó su locura al máximo dentro de una estructura de acero que su razonamiento creó. Chris Jericho sencillamente tenía que sufrir en esta edición de WWE Extreme Rules. 

Un Power bomb contra un río de tachuelas puso a Chris Jericho en camino hacia un sanatorio. Su rostro de dolor reflejó lo que su epidermis estaba sufriendo. Tanto que cuando Ambrose arriesgó su espalda contra las mismas tachuelas para aplicar su Dirty deeds, todo WWE ya sabía el resultado: El medio lunático se alzó con la victoria.

A diferencia del encuentro que tuvo en WrestleMania, Ambrose aprovechó todas las armas que tuvo entre sus manos. También supo recibir duro castigo, pero hasta esto lo usó en su favor para sacar lustre a su discurso: que su cuerpo es indestructible. 

El primer Asylum match dejó muchas postales. Desde un codazo criminal de Ambrose contra Jericho desde la cima de la jaula de manicomio, hasta el rompe cuello del segundo contra el primero pasando por golpes con munchacos, correazos en la cara y trapeadas de cabeza. 

Dean Ambrose se fue sonriendo. Obvio, está loco. Sabe que su puesto en las altas esferas de WWE está asegurado tras la tremenda lucha que entregó. Jericho por su parte se retiró al borde del llanto por las tachuelas incrustadas en sus brazos, manos y espalda; hecho que Mick Foley no desaprovechó para compartir en Facebook: "Soy Mick Foley y estoy de acuerdo con estas chinches".

 

LA PREVIA

Desde el averno de los sanatorios, sean todos bienvenidos a la jaula del manicomio. La cordura, salud física y mental se quedan fuera. Porque la noche de WWE Extreme Rules 2016, Dean Ambrose declara inaugurado el primer 'Asylum match' de la historia.

El que creció en las calles de la jugada sucia, presentamos primero al creador del 'Asylum match'. Desde Cincinnati, Ohio. Con 1,93 metros de altura y pesando 102 kilos. Con un récord invicto en Extreme Rules de tres victorias. Él es 'The lunatic fringe'. El perro callejero. El ultraviolento: ¡Dean Ambrose!

En la otra esquina de la jaula, presentamos al regalo de la lucha libre. Desde Winnipeg, Manitoba, Canadá. Con 1,83 metros de altura y pesando 103 kilos. Con un récord en Extreme Rules de dos victorias y dos derrotas. Él es el mejor en el mundo en lo que hace. El corazón de león. The Ayatollah of Rock 'n' Rolla: ¡Chris Jericho! 

 

La importancia del 'Asylum match' para Dean Ambrose ya fue tratado desde este espacio. Solo se puede agregar que es el encuentro más impredecible que tendrá WWE Extreme Rules 2016. Las incontables armas y abanico de castigos la convierten en un atractivo propio de épocas del coliseo romano. 

WWE lo destacó como la lucha donde reinará la locura. Razón no le falta. Dean Ambrose ya demostró que sadismo para castigar y soportar agresiones son su carta de presentación. Mientras que Jericho no es una leyenda activa del wrestling por casualidad. 

El 'Asylum match' es un giro inesperado y conclusión extraordinaria de una rivalidad mediocre. Resulta increíble que una lucha de esta envergadura con promesas sangrientas se haya derivado de la destrucción de una plantita y una casaca. 

La creatividad e implicancias de ambos convergen en la posibilidad de ver un estreno de lucha tremendamente impresionante. Esto pese a que el interés devino desde la estipulación de la lucha, pues tras Payback todo parecía indicar que cada uno seguiría su camino. 

 

Según el columnista de lucha libre Erik Beaston, WWE soporta con esta lucha las comparaciones hechas con el Lethal lockdown de TNA. Pero desde este espacio se considera al Asylum match como una evolución ambrosianamente lunática del Steel cage. 

Para WWE, el Asylum match es en esencia una "lucha de jaula de acero, pero con varias armas suspendidas por encima de la estructura que recubren a los luchadores en duelo". 

WWE Extreme Rules tiene en esta la lucha con el potencial más sádica de todas. Donde la razón lleva a tener la certeza que la locura de Ambrose le dará la victoria, con un público más que entregado.