Alrededor de ocho años debieron pasar para que se llegara al fin de la disputa entre Saúl “Canelo” Álvarez y su ex promotor “Tutico” Zabala de All Star Boxing.
A partir de la firma del jalisciense con Golden Boy Promotions, Zabala trató de que “Canelo” volviera a sus filas para cumplir con un contrato que no había terminado antes de firmar con la empresa de Oscar de la Hoya.
Zabala argumentaba que había sido una contratación desleal por parte de Oscar e incumplimiento de contrato por parte de Álvarez, por lo que demandó para pedir indemnización por lo que dejó de ganar ante la partida de “Canelo”. Además, en sus peticiones estaba la vuelta del boxeador a su empresa, para asentar un precedente de que los contratos deben ser cumplidos.
Y tras varios años en que los abogados de Saúl aplazaron el juicio y que con el argumento de que Álvarez creía haber firmado un formulario de visa de trabajo y no un contrato de trabajo, mismo que no entendió porque estaba redactado en inglés, idioma que el mexicano no domina, se llegó la fecha de hacer frente a este problema legal.
Alrededor de dos semanas bastaron para que una jueza determinara (luego de escuchar las declaraciones de ambas partes) que “Canelo” debe restituir una suma de 8.5 millones de dólares a Zabala por incumplimiento de contrato.
Muchos millones menos de los 27 que pedía Zabala en base a una cotización que presentó como estimado de las pérdidas por las peleas que “Canelo” no hizo con All Star Boxing.