En una etapa totalmente llana (166 km), que transcurrirá junto a los diques del Mar del Norte, los nervios y el viento supondrán la mayor preocupación para el pelotón, aunque” los partes meteorológicos señalan que en la parte final soplará de cara y no de costado”, como recuerda Castroviejo, escudero de confianza de Nairo Quintana. Quizá llueva, y se tratará de la primera oportunidad para los sprinters. Kristoff, Cavendish, Greipel, Degenkolb, Matthews, Bouhanni, Demare, Sagan… Casi toda la élite de la velocidad se medirá el domingo en Zelanda.
Ausente el dominador de 2013 y 2014, Marcel Kittel, por un virus y una horrible temporada, se espera que Katusha, Etixx y Lotto-Soudal impongan sus trenes en las volatas. Kristoff, pichichi de 2015 con 18 triunfos, desea aumentar la cifra: “Llevo dos dianas en el Tour. Me encantaría añadir más, pese a la dificultad de batir a mis rivales”. Cavendish, lesionado el año pasado en Harrogate, en su país, el primer día de la ronda gala, quiere resarcirse: “He echado muchísimo de menos las sensaciones de la carrera más grande del mundo”.
Para el maillot verde, el Tour ha cambiado las reglas. Nuevas normas que pueden denominarse anti-Sagan (vencedor en 2012, 2013 y 2014): primarán las victorias antes que la regularidad en el puestómetro, y las jornadas se dividen en distintos coeficientes. El eslovaco, sin embargo, ha dicho que se centrará en ayudar a Contador: “El objetivo del Tinkoff es el amarillo. Si consigo el de puntos, una etapa o varias, se convertirá en un extra. Yo vengo a respaldar a Alberto”.