-No perdona en este tipo de subidas, aunque en la previa dijo que le preocupaba la rodilla.
-Bueno, eso está de moda. Resultó extremadamente duro, por el ritmo y los golpes del día anterior. Se voló durante la etapa. Vi el hueco cuando apareció Froome, y lo aproveché. Se trató del Huy más largo de todos los que he disputado.
-Sin embargo, vuelve a alzar los brazos aquí.
-Es una ascensión especial, de las que me gustan: corta y explosiva. En 2012 me llevé la Flecha Valona, la disfruté mucho, y en el Tour tiene un sabor diferente. Fue más difícil, lo que me da confianza para el resto de las tres semanas.
-Describa el triunfo.
-La colocación fue primordial. En la pasada Flecha esperé demasiado y me quedé encerrado. Vi mi distancia, la calculé y me marché. Mis compañeros me condujeron a la perfección, incluso Caruso me llevó demasiado rápido y le comenté que aflojara. No obstante, las circunstancias de la Flecha son otras: existen más cotas y no se circula tan rápido.
-¿Se enteraron en el pelotón de lo que ocurrió con la neutralización?
-Sinceramente, aún no sé qué ocurrió. Tuvo que ser una montonera muy grave para el Tour pare la carrera. Vivimos kilómetros de incertidumbre.
-¿Cómo se plantea ahora la ronda?
-Mi objetivo es hacer la mejor general posible, ya tengo la tranquilidad de haberme apuntado una victoria. Veremos si puedo acabar en el podio. Cedí tiempo en la segunda etapa, pero poco para los problemas que padecí, un pinchazo y una caída. Nos falta un mundo y deseo seguir como protagonista. Mi condición es muy buena, sé que me encuentro muy bien. Confío en completar un magnífico Tour. Aunque se gana en París, los Pirineos y los Alpes resultarán muy duros. Hasta entonces cambiarán las cosas.
-¿Qué le parece una primera semana salpicada de jornadas similares a clásicas?
-Sabéis que soy un enamorado de las clásicas, pero no me gusta que se produzcan situaciones de peligro en una gran vuelta. Las pruebas de un día tienen su momento, no soy partidario de incluir Huy o pavés en el Tour, sólo comportan estrés o caídas. Aunque den morbo, el corredor no lo merece.