En enero de 2011, Eduardo Vargas y Jorge Sampaoli comenzaron en Universidad de Chile una de las relaciones más exitosas entre entrenador y jugador de la que se tenga recuerdo en los últimos tiempos del fútbol chileno.
El casildense vio en Edu las condiciones necesarias para ser uno de sus referentes del ataque azul y siempre que estuvo en buenas condiciones lo consideró como titular. El ariete, por su parte, nunca defraudó.
De hecho, de la mano de Turboman y casi siempre con el Estadio Nacional como escenario, el DT llevó a los universitarios a ganar tres torneos locales y la Copa Sudamericana.
Precisamente, las similitudes entre ese trofeo y la Copa América son muchas. A saber: En los dos el equipo del DT ganó invicto. En ambos Vargas fue el goleador del campeonato y en las dos coronas el recinto de Ñuñoa fue el lugar escogido por el destino para dar la vuelta olímpica.
El principal recinto deportivo de nuestro país le sienta bien al estratega. También a Edu. A ambos parece fortalecerlos el hecho de jugar en el coloso ubicado entre Pedro de Valdivia, Grecia y Marathon. Por eso, a pesar de la irregularidad en sus equipos que ha mostrado el atacante tras su salida del elenco estudiantil, Sampaoli siempre lo nominó.
Es más, cada vez que el formado en Cobreloa anotó en ese estadio con el técnico dirigiendo, nunca perdieron. Ni con la U ni con la Roja. Entre los azules y la selección de Chile, considerando Torneos Nacionales, Copa Sudamericana, Copa Chile, Amistosos y Clasificatoria, el jugador suma 25 festejos en ese recinto.
El registro es más que positivo para ambos. Sampaoli jamás ha perdido ahí con la selección chilena. De hecho, ha ganado nueve partidos y sólo dos veces ha empatado. Turboman, por su parte, anotó todos sus goles en el Nacional con el argentino como DT.
Vargas fue el goleador de la Roja en la Copa América. Chile celebró cuatro conquistas de Edu en el Nacional. Para Sampaoli no fue sorpresa, porque sabe que su delantero siempre le responde.