Los Buffalo Bills llevan casi tantos años sin jugar los playoffs como la selección argentina de fútbol sin ganar un título. De hecho, cuando les explico a mis hijos que un quarterback llamado Jim Kelly condujo a Buffalo a cuatro Super Bowls seguidas, hace no mucho tiempo, se ríen de mí y piensan que les tomo el pelo. ¿Qué ha pasado a unos Bills cuyo último partido de postemporada fue aquel de Tennessee, cuando este siglo XXI contaba solo con ocho días de edad, y los Titans los dejaron en la cuneta con el famoso “Music City Miracle”?
Curiosamente, el último quarterback que lideró a Buffalo a los playoffs fue uno muy bajito y veterano (ahora tiene 52 años), con gran inteligencia, llamado Doug Flutie, que llegó desde Canadá para salvar al club de ser movido a otra ciudad. Los Bills le pagaron sentándolo justo antes del partido de Tennessee y deshaciéndose después de él para dar cabida a Brad Johnson (titular aquel ocho de enero contra los Titans), uno más alto y que lanzaba más fuerte, pero que duró menos en la NFL que el encierro de San Fermín de esta mañana.
¿Cuál es el problema de los Bills? Muy claro, falta de proyecto… situación perfectamente ejemplificada si tomamos en consideración que, en los últimos doce años, tres de sus primeras selecciones en el draft las han dedicado a running backs y dos a quarterbacks. Y tampoco es que hayan elegido tan mal, sino que la gestión ha sido nefasta. Entre los corredores, Willis McGahee, Marshawn Lynch -¡sí, la Bestia!- y C.J. Spiller. Los pasadores han sido J.P. Losman y el actual, E.J. Manuel, quien tampoco es la respuesta.
Falta de proyecto… situación por la cual un excelente ejecutivo de los Bills, A.J. Smith, hizo las maletas en 2001 y se fue a San Diego, donde uno de sus primeros movimientos fue elegir en el draft a LaDainian Tomlinson y Drew Brees, fichando al mismo Flutie para que hiciera de mentor de este último. Después llegó Philip Rivers y, aunque dejaron ir a Brees, los Chargers pasaron del ostracismo total a ser uno de los equipos más competitivos de la Conferencia Americana, mientras los Bills acumulaban suficientes años sin llegar a la postemporada como para convertirse en el equipo –Cleveland incluido- con la racha negativa más larga que actualmente disputa la NFL .
Recuerdo que, cuando San Diego no encontraba el rumbo y tenía aquella primera selección del draft de 2001, mi buen amigo Manolo Arana y yo decidimos hacer un ejercicio y convertirnos en general managers por un día. Analizamos de arriba abajo el roster de los Chargers y pensamos en qué decisiones tomaríamos a corto, medio y largo plazo para trazar un proyecto coherente. Por supuesto, que nuestro plan no fue tan bueno como el de A.J. Smith, pero Manolo mencionó rápidamente el nombre de Tomlinson y yo, el de Flutie…
En fin, si alguien quiere ser general manager por un día, aunque sea virtualmente, no hay mejor caso de estudio que el de los Bills. Han hecho una apuesta muy fuerte trayendo a otro corredor estelar, LeSean McCoy, uno más…. Su proyecto ahora se llama Rex Ryan. ¿Es el correcto? ¿Qué otros movimientos habría que hacer para competir en la división probablemente más difícil de la NFL? Vosotros tenéis la palabra. Aunque no os escuchen en la parte alta del estado de Nueva York, os prometo que el ejercicio será muy divertido.
Cinco cosas que pienso:
1. Pienso que quien lea este artículo no lo habría hecho tan mal al frente de los Bills como los propios ejecutivos de Buffalo en los últimos quince años.
2. Pienso que los Bills se vuelven a quedar fuera de los playoffs este año.
3. Pienso que la NFL mira demasiado a la NCAA –como tiene que hacer-, pero a veces se fija poco en la CFL, donde hay grandes jugadores. Un ejemplo es el tackle firmado por los Giants como agente libre, Brett Jones, excelente movimiento de la oficina del club neoyorquino.
4. Pienso que muy pocos quarterbacks, sin jugar un solo partido, se han metido a tanta gente en el bolsillo como Marcus Mariota. Ahora es el wide receiver Harry Douglas quien ha hablado de la genial puntería de su nuevo quarterback. Pienso que estamos ya ansiosos por ver a Mariota en acción.
5. Pienso que Russell Wilson merece toda mi admiración, por ser un excelente quarterback, un gran líder y una persona coherente que intenta vivir de acuerdo a sus principios.