Arturo Vidal respira más tranquilo. La causa judicial que se abrió tras el accidente que sufrió el pasado 16 de julio en su Ferrari y que casi lo margina de Copa América, finalmente llegó a su fin este miércoles, luego que la Fiscalía decidiera la suspensión del proceso.
El jugador llegó temprano hasta el Juzgado de Garantía de San Bernardo para ser imputado por tres delitos: manejo en estado de ebriedad, lesiones y ofensas a la autoridad, luego de haber chocado su auto de 160 millones durante la Copa América.
Ahí, luego de comunicarle los hechos, la fiscal Roxana Fernández le ofreció una salida alternativa para así evitar llegar a un juicio oral. El volante, como se anticipaba, aceptó la medida, y el acuerdo económico con el otro conductor involucrado en el accidente.
Vidal tendrá que cumplir entonces con la suspensión de dos años de su licencia de conducir, realizará dos charlas motivacionales en centros de rehabilitación y tendrá que donar cerca de 500 implementos deportivos como requisito para la suspensión del proceso.
El nacional también aceptó pedir disculpas a Carabineros, acción que cumplió durante la misma audiencia. "Les falté el respeto, me descontrolé y no va a volver a pasar", afirmó, lo que terminó por levantar las medidas cautelares que existían en su contra.