Ante Lituania firmó el mejor debut de una jugadora española en 37 años.
—Tenía muchas ganas de empezar ya el campeonato. Antes de los partidos suelo estar nerviosa, pero en cuanto empiezan se me quitan los nervios.
—¿Cómo se enteró de que iba a disputar el Eurobasket?
—Me llamó Lucas y me dijo: “Estate tranquila, pero te vienes con nosotras al Eurobasket”. Me quedé tan impactada... No me lo podía creer así que él me preguntó si no estaba contenta. Yo le respondí que claro que sí y entonces me dijo: “Pues quiero que sonrías”. Fue todo un poco en plan cachondeo porque siempre está bromeando. Me encanta cómo es.
—Y, ¿cómo es?
—Si tiene que decirte algo, te lo dice sin rodeos. Siempre te ayuda un montón. Y a mí me ha dicho que tengo que divertirme, que juegue como yo sé y que no lo dé muchas vueltas a lo que tengo que hacer, que simplemente lo haga.
—¿Mete mucha presión ser la sustituta de Sancho Lyttle?
—Yo no he venido aquí para decir que soy la nueva Sancho Lyttle. Somos dos jugadoras diferentes, con una forma de jugar también distinta. Yo soy Astou y ella Sancho. No tengo la responsabilidad de decir que he venido a este Eurobasket para ocupar el puesto de ella.
—¿Cómo juega Ndour?
—La gente dice que corro mucho, que salto un montón y que, como tengo los brazos tan largos, puedo coger la bola muy alto. Me divierte jugar así y me encanta tirar, pero no tengo cuerpo para aguantar en la pintura ante una jugadora que pese mucho más que yo.
—¿Cómo es la Selección?
—La gente te anima mucho, te aconseja. Lo que más me gusta es que no hay veteranas, aquí todas somos iguales.
—La otra benjamina del grupo es Leticia Romero, ¿ayuda tenerla ahí cerca?
—Leti es mi hermana para siempre. Me encantaría que esa conexión que tuvimos en el Granca la tengamos ahora aquí también.
—¿Cómo ha cambiado su vida desde que la descubrieron en Dakar (Senegal)?
—Pasas de estar todo el día con tu familia a verla muy poco. Estuve más de dos años sin ver a mis padres, pero vinieron a visitarme hace unas semanas. Eso es lo que más te cambia, pero estoy contenta, porque aquí tengo a mis padres blancos, Domingo y Begoña. Ellos fueron los que hablaron con una amiga mía, que me preguntó si me gustaría ir a España a jugar. No me lo pensé. Tenía 14 años y era mi sueño.
—Es un poco la Mirotic femenina. Formada en España ha debutado con la Selección por la ausencia de Sancho Lyttle.
—(Risas) Lo importante es que estoy aquí y siempre que pueda, estaré.
—¿Con qué se conforma?
—Con clasificarnos para los Juegos. Ese es el objetivo.
—Si lo logran, ¿le sentaría mal que fuera a Río Lyttle?
—No soy así. Si la llevan a ella, fenomenal, porque sólo quiero lo mejor para el equipo. El año pasado estuve en la concentración, luego fue ella y quedaron subcampeonas del mundo. Me alegré un montón.