Coordinador defensivo: Ken Norton Jr. **
Norton llega al grupo de Del Río tras tres años entrenando a los linebackers de los Seattle Seahawks. Teniendo eso en cuenta, lo normal es que estos Raiders jueguen con una 4-3 en la que la sencillez de conceptos, y las ordenes muy directas y claras a los jugadores, sean la norma. Una defensa basada en el talento y no en la complejidad de esquemas.
Estrella defensiva: Khalil Mack
Una megaestrella a punto de explotar. Jugará como linebacker y, desde ahí, tendrá que dominar el grupo y ser el foco central de los ataque rivales. Talento para aburrir en un jugador enorme.
Línea defensiva ***
Si Oakland es un equipo en reconstrucción, la línea defensiva da fe de ello. Ningún titular estaba en el equipo en 2013, dos de ellos llegaron el año pasado y los otros dos han llegado este año. Justin Tuck está lejos de sus días de gloria, pero un pass-rusher nunca pierde el hábito de atacar al quarterback y aún tiene la habilidad de ejercer presión sobre el pase. En el lado opuesto a Tuck, como RDE, llega Mario Edwards desde Florida State. Una elección un tanto criticada al ser un jugador que no ha hecho mucho como colegial pero que en Oakland esperan que sea un importante jugador ante la carrera. Precisamente un gran jugador ante la carrera es lo que ha sido hasta ahora Dan Williams en Arizona, una de las incorporaciones estrella de los Raiders y que deberá demostrar que también puede ejercer de pass-rusher en tercer down. A su lado, Justin Ellis deberá seguir progresando tras un año rookie mas que decente.
Linebackers ****
Entre los equipos NFL que operan con una defensa base 4-3, los Raiders tienen uno de los mejores cuerpos de linebackers. Khalil Mack ha dominado la competición en su primer año y tan solo le ha hecho falta subir el número de sacks en su casillero personal, algo que es mera cuestión de tiempo y que no le ha impedido presionar consistentemente al QB rival. Sio Moore en el lado débil es un seguro de vida gracias a su disciplina y a su versatilidad, siendo un jugador que empieza a estar infravalorado en el panorama de la competición. Curtis Lofton llega al centro de la unidad procedente de New Orleans y si bien su elevado número de tackles cada año no cuenta toda la verdad, es un jugador que puede aportar experiencia y veteranía en una unidad tan joven. Habrá que estar atentos también al rol de Malcolm Smith, que llega de la mano de Norton ocupando, en teoría, el rol de 4º LB que ya tenía en los Seahawks.
Cornerbacks: ***
Hayden fué uno de los mayores “late bloomer” que se recuerdan en el draft, pasó de ser un desconocido a la 1ª ronda del draft en apenas dos meses. Su año rookie fué un desastre, pero la pasada temporada jugó mucho mejor y hay esperanza en que esta temporada de el salto de calidad definitivo digno de un jugador de 1ª ronda. Carrie fué una de las sorpresas más agradables de los Raiders el año pasado. Un completo desconocido que acabó con una gran campaña en su debut como profesional. Habrá que ver como se adapta a jugar en el exterior tras un primer año donde pasó mucho tiempo en el slot. Habrá que prestar atención a McGill, un CB prototípico “made in Seattle-Norton”. Una unidad aún por consolidar pero con mucho futuro.
Safeties ***
Nate Allen llega desde Philadelphia, donde siempre fue blanco de todo tipo de críticas y no parece el mejor fichaje para tener junto a Woodson en el campo, especialmente ante el pase, donde esta pareja puede ser el punto débil de la defensa. Charles Woodson aún sigue cumpliendo como puede antes de irse a Canton, pero tal vez debería haberse retirado hace ya algún tiempo, especialmente tras su inicio de temporada en 2014. La unidad más floja de esta defensa.
Equipos especiales ***
Los años pasan y Sebastian Janikowski sigue teniendo probablemente la mejor pierna de toda la NFL, y eso que encara su temporada número 16 en la liga. King, por su parte, lideró la NFL en yardas totales, en cierta manera debido a que también fué el punter con más trabajo (y con diferencia) de la liga, aún teniendo un promedio de yardas por punt entre la media. Holliday llega a Oakland para hacer lo único que sabe sobre el campo: retornar balones.