-No hay un día tranquilo en este Tour. El líder, Tony Martin, Nibali, Valverde o Nairo Quintana se fueron al suelo.
-Sí, es verdad que siempre ocurren cosas. Lo importante para mí es no sufrir ningún percance, permanecer atento en la cabeza del pelotón y bien arropado por mis compañeros del Tinkoff, a los que debo dar las gracias como en cada jornada. Se viven muchos nervios por marchar en la parte delantera del grupo. Sin embargo, esta vez la caída se produjo en el repecho final. Salvé la montonera, así que me siento satisfecho.
(Alberto Contador atiende a los medios mientras hace rodillo junto al bus del Tinkoff).
-No se libran nunca de pasar un mal rato.
-Así es, padecemos una tensión brutal en todas las etapas. La exigencia de una gran vuelta lo requiere, debes conservar la concentración a tope durante 21 días para no tener problemas.
-Y camino de Fougeres, ¿qué espera?
-Más nervios, aunque nunca se sabe qué nos vamos a encontrar.
-Para relajarse escucha música clásica, ¿la recomendaría al resto del pelotón?
-(Risas). Pues vendría bastante bien para rebajar un poco la tensión.