El asunto va a traer cola y es de esperar que no se convierta en una moda, porque los silbidos que le dedicó a Lorenzo un sector importante de la tribuna de meta de Montmeló resultaron deplorables. Al ganador de Jerez, Le Mans, Mugello y ahora Cataluña ya le habían silbado algo en Italia, donde se encuentra en territorio comanche por razones obvias, pero en casa es la primera vez que le ocurre. Pasó cuando salió por las pantallas haciendo sus primeras declaraciones y cuando subió al podio, asegurando después que lo había escuchado perfectamente y que conocía el origen: “Son fans de Valentino los que me silban”. Muchos de ellos iban vestidos de amarillo, es cierto, pero también lo es que no todos los rossimaníacos son iguales y desde el Official Fun Club del 46 muestran su desacuerdo con los maleducados pitos.
“No hace falta pitar a nadie. Jorge es un campeón, un súper clase que se ha merecido la victoria, pero aunque hubiera llegado el último tampoco habría que pitarle nunca. Pitar a un piloto es antideportivo y no está bien de ninguna manera. El fan de Valentino, ya sea italiano, español o de cualquier otra nacionalidad, que pita a Jorge no es un fan de Valentino y no es un aficionado al motociclismo”, asegura Flavio Fratesi, vicepresidente de un club que cuenta con más de 5.000 afiliados de todo el mundo.
Fratesi añade: “No me esperaba que sucediera esto en Montmeló y no va bien para nadie. Puedo decir en nombre del Fan Club que no reconocemos como uno de nosotros al aficionado que pita a otro piloto y sobre todo a Jorge, que es un grande. Si hay un piloto capaz de batir a Valentino, como él ha hecho, es porque ha sido más fuerte incluso que Valentino y hay que aplaudirlo, esperando poder batirle nosotros en la siguiente carrera”.
El italiano intenta encontrar una explicación a lo sucedido: “No creo que esto se repita en más circuitos. Aquí se ha dado porque hay fans de Valentino, pero también porque no les caía bien Jorge, como si fuera el equipo de fútbol contrario, pero esto no es fútbol. Aquí lo que hay que hacer es animar a tu piloto y punto, sabiendo que también se aplaude a los demás. Aquí se juegan la vida todos”.
Las palabras de Flavio, un clásico del paddock desde que Rossi llegara a ellos en 1996, son un ejemplo de juego limpio, pero será el propio Valentino el que tenga más fuerza para aplacar los ánimos y lograr la vuelta a la normalidad. Por lo pronto, tras la carrera no lo hizo demasiado en la sala de prensa, porque tiró de ironía para recodar que eran aficionados españoles y no italianos los que habían silbado a su compañero en el box del Movistar Yamaha y sonrío pícaramente a la vez que decía que le disgustaba.
Su embajador Flavio no cree que eso forme parte de sus históricas guerras psicológicas, ni siquiera ahora que sólo un punto le separa en la general con el mallorquín: “No creo que fuera parte de una guerra psicológica de Valentino. La única guerra que él puede hacer contra Jorge es estar con él y delante de él en la pista. Lo demás no sirve de nada. Necesita arrancar desde la primera fila y salir con él desde el principio para romperle el ritmo. Si Jorge se pone delante es imbatible. Lo llevamos viendo las últimas carreras. Es increíble, porque él nunca falla, por eso Valentino tiene que hacer con Jorge como con Stoner en Laguna Seca, para romperle el ritmo”. Continuará…