En su discurso de aceptación de la Copa de Campeón Mundial' (esa es la inscripción que lleva el trofeo de campeón de Wimbledon, la 'Challenge Cup'), Novak Djokovic, tuvo palabras de orgullo y reconocimiento para Federer:
"Es un gran privilegio jugar contra Roger la final y en esta Centre Court. Muchos jugadores de nuestra generación luchan siempre para aspirar a este honor, algo tan grande. Sabía que Roger me iba a llevar a los límites y que iba a tener que trabajar por cada punto; en el fondo de mi mente sabía que iba a tener que trabajar todo lo duro que pudiera ser y que tenía que resistir mentalmente. Creo que lo he hecho así y es un orgullo".
"Pero esto es por lo que trabajas cada día de tu carrera, y en toda tu vida", continuó Djokovic, que anunció: "No lo celebraré con más de una cerveza o un vaso de vino; ya es una tradición que mastique algo de la hierba de Wimbledon, pero es que sabe muy bien cuando se gana", acabó Djokovic, no sin antes dedicar el título a su entrenador, Boris Becker, de cuyo primer título en Wimbledon (Becker fue aquí tres veces campeón) se cumplen ahora 30 años exactos.
Ya dentro del club, el serbio se encontró con el campeón español Manolo Santana, ganador en 1966, con quien se dio un cariñoso abrazo. "Tenía muchísima presión jugando este partido", dijo Djokovic a Santana, no sin emitir un sonoro resoplido.
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