Doce horas duró el viaje en avión desde Lima hasta Hamburgo. Doce horas en los que la familia Sierra Gacón se decía, mediante un abrazo reparador, que la decisión tomada era la mejor. Y doce horas en las que Almudena se aferraba al sueño de ser futbolista profesional aunque eso signifique dejar atrás muchas cosas (amigos, su hogar, el garaje donde entrenaba arduamente durante la cuarentena por el COVID-19). Con apenas 13 años, la pequeña sabía que Alemania era -es- uno de los países potencia del fútbol femenino, por ende, un paso adelante.
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