22/12/2024

Bundesliga recupera un encanto perdido con la agonía de la última fecha - ESPN

Miercoles 24 de Mayo del 2023

Bundesliga recupera un encanto perdido con la agonía de la última fecha - ESPN

En ESPN recordamos las últimas veces que la definición de la liga alemana se dio de forma dramática en la última jornada.

En ESPN recordamos las últimas veces que la definición de la liga alemana se dio de forma dramática en la última jornada.

En ESPN recordamos las últimas veces que la definición de la liga alemana se dio de forma dramática en la última jornada

La Bundesliga recuperará este sábado un encanto perdido, lo que se puede llamar la agonía de la última jornada, con el Borussia Dortmund y el Bayern Múnich disputándose el título a distancia.

Desde 2009 no había habido una temporada en la que el campeón alemán no se conociera de antemano.

En 2009 el Wolfsburgo llegó como líder y se coronó campeón con una goleada por 5-1 ante el Werder Bremen que no dejó espacios para dramatismo alguno.

Sin embargo, en temporadas anteriores si había habido definiciones dramáticas, dos de las cuales -ambas favorables al Bayern- tienen hoy un estatus de leyenda.

En 2000 el Bayer Leverkusen, que llevaba 14 jornadas sin perder, llegó al último partido como líder y le bastaba un empate a domicilio ante el modesto Unterhaching para coronarse campeón.

Todo estaba listo para la celebración del equipo de las aspirinas y el director general Rainer Calmund había estado en el estadio en Unterhaching para preparar la fiesta.

Al final, el Unterhaching ganó por 2-0- El primer tanto fue un gol en propia puerta de Michael Ballack que, junto con el brasileño Emerson, había sido la estrella del equipo a lo largo de la temporada.

En Múnich, a 14 kilómetros de distancia el Bayern -que necesitaba ganar y que el Levekusen perdiera- derrotó por 3-1 al Werder Bremen.

Después del segundo gol del Unterhaching los responsables de la Bundesliga decidieron trasladar en helicóptero la ensaladera a Múnich

"Unterhaching ha hecho historia", dijo el entrenador del Bayern de la época, Ottmar Hitzfeld, en un gesto de agradecimiento.

El hoy director deportivo, Hasan Salihamidzic -en ese entonces jugador del Bayern-, invitó a la plantilla del Unterhaching a celebrar con ellos el título.

Un año después el desenlace fue todavía más dramático, aunque la situación antes de la jornada parecía clara.

El Bayern llegó como líder y le bastaba un empate a domicilio ante el Hamburgo. El Schalke, que era segundo, necesitaba ganarle en casa al Unterhaching y que el Bayern perdiera.

Mientras que en Hamburgo el marcador no se movió hasta el final, en Gelsenkirch se dio un partido lleno de altibajos para el Schalke. El Unerhaching empezó ganando 0-2. El Schalke empató, el Unterhaching hizo el 2-3. Y luego el Schalke volvió a reaccionar y terminó imponiéndose por 5-3.

El viejo Parkstadion de Gelsenkirchen estalló en júbilo cuando llegó la noticia de que, en el minuto 90, Sergeij Barbarez había marcado para el Hamburgo.

El júbilo se mezcló con la confusión. La gente en Gelsenkirchen dio por terminado el partido en Hamburgo y empezó a celebrar el título.

Sin embargo, el partido no había terminado y en el descuento, prácticamente en el último segundo, el meta del Hamburgo, Mathias Schober -que estaba cedido por el Schalke- tomó con la mano una devolución de uno de sus defensas.

Oliver Kahn salió de su portería y, según dice en sus memorias el capitán de la época Stefan Effenberg, gritaba que él se iba a encargar de cobrar el indirecto dentro del área.

"Patrick, ven", dice Effenberger que le dio a Patrick Andersson. "Tu vuelve a la portería", le dijo a Kahn.

Effemberger le tocó la pelota a Anderson, que soltó un taponazo que terminó en la red con casi todos los jugadores del Hamburgo formando una barrera sobre la línea de gol.

Kahn, en un gesto del que después dijo que no era consciente, corrió hasta el banderín de córner, lo arrancó y empezó a agitarlo en el aire ante la tribuna para celebrar.

Cuando la noticia llegó a Gelsenkirchen el júbilo se convirtió en llanto.

"Hasta hoy creía en el dios del fútbol, ahora sé que no existe", dijo el legendario director deportivo del Schalke, Rudi Assauer entre lágrimas.

Después de aquel año, en el que después se habló del Schalke como del "campeón de los corazones", no ha vuelto a haber una definición de la Bundesliga tan dramática.

En esta temporada puede ocurrir. Al Dortmund le basta ganar. El Bayern necesita ganar y que el Dortmund no gane.

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