En el fútbol, cada partido, cada jugada, cada decisión arbitral, se convierte en un tema de discusión inagotable entre hinchas, analistas y, por supuesto, los protagonistas mismos. La última polémica que ha sacudido el mundo del balompié tuvo lugar en el enfrentamiento entre el Real Madrid y el Bayern Munich por la vuelta de las semifinales de la UEFA Champions League, en Santiago Bernabéu de la capital de España. La jugada en cuestión fue tan simple en su ejecución como compleja en sus repercusiones. El juez de línea, en un instante de decisión rápida, levantó su bandera en señal de un fuera de juego que, posteriormente, se descubrió que no era tal gracias al recurso del VAR.
Sin embargo, el daño ya estaba hecho. El árbitro central, el polaco Szymon Marciniak, confiado en la indicación de su asistente, invalidó lo que pudo ser el gol de De Ligt, otorgándole al Bayern la posibilidad de estirar el partido a los tiempos extra y por qué no, haber cambiado la historia que se registró en el encuentro.