El fútbol ha cambiado, todo el mundo lo sabe. Pero, al final, lo que más cuenta es llevar el balón al fondo de la red más veces que el adversario. Y cuando se trata de eso, Niclas Fullkrug es uno de los mejores, ya que ha nacido y se ha criado con la habilidad de quien sabe luchar en el área contraria y, sobre todo, entiende dónde está la portería rival.
Una portería que, como buen ariete, le toca atravesar. De hecho, quizá el término "panzer" exprese mejor la idea, ya que el fútbol, como tantos deportes de contacto, es básicamente un sucedáneo de la guerra.
Aunque no es ni excesivamente alto ni especialmente pesado, el nativo de Hannover representa una vuelta al pasado, que desde hace décadas no cuenta con el clásico "hombre objetivo", el 9 dedicado a las batallas en el aire y al combate en el palco.
Y sin embargo, tras una carrera transcurrida casi por completo fuera de la selección alemana, el delantero nacido en 1993 ha experimentado una notable mejoría en la treintena. Ahora le espera el reto definitivo, nada menos que el Real Madrid, uno de los pesos pesados de Europa.
A diferencia del granítico Jan Koller, un gigante checo de más de dos metros de altura que también marcó contra los blancos con el Borussia Dortmund, Fullkrug representa la combinación perfecta entre el fútbol a la antigua usanza y la velocidad que exige el fútbol moderno.
Punto de referencia
En un equipo que, con Edin Terzic este año, no ha logrado pasar del quinto puesto en la Bundesliga, Fullkrug se ha convertido en el punto de referencia en la punta del campo.
En primer lugar, porque Sébastien Haller ha tenido una temporada problemática y marcada por las lesiones. En segundo, porque, a pesar de un juego predominantemente a ras de suelo, consistente en transiciones verticales, fue capaz de demostrar que tenía movilidad y eficacia como delantero.
La mejor prueba de ello fue su gol en el partido de ida de semifinales contra el París Saint Germain, cuando se deshizo de Lucas Hernández al sprint antes de fusilar al portero con un soberbio remate con su pierna izquierda, la más débil.
Responsable de 16 goles y 10 asistencias en un total de 45 partidos esta temporada, se ha convertido en esencial en la Liga de Campeones, especialmente en los últimos encuentros. Tanto en la remontada contra el Atlético (4-2) en cuartos de final como en la semifinal contra el PSG, Fullkrug se ha convertido en indispensable para Terzic en su primera temporada.
Un duelo familiar
El defensa encargado de marcarle en la final del sábado en Wembley será Antonio Rüdiger, su compañero y compatriota con el que coincidirá en la concentración de Alemania de cara a la Eurocopa 2024 de este verano en su país.
Convocado por primera vez con la selección hace apenas dos años, a los 29, Fullkrug vive el mejor momento de su carrera. Llegado tarde al más alto nivel, es el clásico ejemplo de que el trabajo duro da sus frutos.
Sin embargo, a pesar de llegar a la cita contra el Real Madrid en un gran momento de forma y con la confianza por las nubes, su viejo amigo Rüdiger no le dará, desde luego, un trato preferente en lo que será un duelo competido y de gran calidad.
Porque, al fin y al cabo, el fin justifica los medios, y ni él ni el central del Real querrán regalar nada esa noche del sábado en un partido que probablemente se decida por pequeños márgenes.
Fullkrug es, sin duda, único en el panorama futbolístico actual, y será uno de los principales jugadores del Dortmund que intentará arruinar los planes del equipo de Carlo Ancelotti, que aspira a conquistar su 15ª Liga de Campeones, un récord histórico.
Rodeado de jugadores de talla mundial y del rival más difícil posible, el delantero alemán está listo para la que podría ser su noche más histórica.