Aunque sólo fuera para cumplir con el banco que auspicia sus camisetas, un superclásico nunca quedará reducido a una cuestión meramente comercial. El juego chato, las fricciones (casi 40 foules), varios suplentes de cada lado -más de Boca-, el viento que por momentos sopló fuerte y el campo irregular del estadio Bicentenario tampoco relativizarán lo hecho por cada equipo. Y si bien Boca presentó una formación más alternativa, le alcanzó con la sociedad en el segundo tiempo de dos titularísimos, Gago y Pablo Pérez, para establecer un mayor control y dominio, y la consecuente ventaja por 1-0.
Lo de River fue más opaco y preocupante, como si aún estuviera bajo estado de shock por la repentina salida de Alario. En poco más de dos meses se quedó sin su temible delantera (Driussi y el santafecino) y una sensación de desamparo e inseguridad recorre todas sus líneas. Ayer no sólo llegó muy poco, con Scocco como única referencia de ataque (un centro que no alcanzó a conectar fue la solitaria situación de gol) y el debutante juvenil uruguayo De la Cruz de media-punta, sino que Nacho Fernández, Rojas y Pity Martínez no hicieron pie en el medio, y en defensa un doble error lo condenó a la derrota. Formado en las inferiores de River y adquirido un buen rodaje en Defensa y Justicia, ayer tuvo una oportunidad el zaguero Alexander Barboza, muy lento y descuidado para cubrir una corrida de Junior Benítez, cuyo derechazo cruzado se topó con otra concesión rival: a Lux la pelota le pasó por debajo del cuerpo.
Como el domingo pasado ante Olimpo, la muy buena asistencia para Benítez fue de Gago, que aun en medio del descontrol futbolístico que fue el partido puso algo de tino y precisión con su toque y panorama. Eso sí, al capitán de Boca no le resultó gratis el desarrollo: recibió varios golpes, abajo y arriba, a punto tal que fue reemplazado por estar mareado.
"Fue un partido parejo, muy dividido, no se podía jugar bien. Nosotros mejoramos en el segundo tiempo. El resultado es para la hinchada, nosotros nos enfocamos en la Superliga y la Copa Argentina"Guillermo Barros Schelotto
La alegría del resultado -aunque no haya puntos en juego jamás se desprecia una victoria en un superclásico- tuvo un costo físico para Boca. El wing Cristian Espinoza, sustituto natural de Pavón, salió con una distensión en el muslo posterior izquierdo, y no se descarta que sea un desgarro. Una prueba elocuente de lo mucho que se chocó fue el parte médico que justificó que Goltz haya jugado sólo el primer tiempo: cortes en el cuero cabelludo, el arco superciliar y un pómulo. Tendrán trabajo los médicos en la recuperación de los jugadores para enfrentar el domingo próximo a Lanús por la segunda fecha de la Superliga.
Boca atraviesa por un momento de confianza y tranquilidad. Hasta cuando no tiene un N° 9 clásico se inventa uno que le da efectividad. Con Benedetto en el seleccionado, Bou lesionado, Ábila y el "Chelo" Torres cedidos, Benítez, un jugador de ataque bastante inclasificable, resolvió como un hombre de área. Guillermo Barros Schelotto dijo que de su época en Lanús lo había visto jugar de centro-atacante. Benítez no siente tanta familiaridad con el puesto: "Me acomodé de a poco, en algún momento me sentí perdido".
"Me voy preocupado porque no tuvimos juego, no nos encontramos. Hay que borrar este partido y prepararnos para lo que viene"Marcelo Gallardo
River sólo puede contentarse de no haber tenido lesionados. Futbolísticamente fue muy plano. Quizá encendió una ilusión De la Cruz (20 años): maneja las dos piernas, tiene gambeta, es encarador. Le tocó insertarse en un equipo que estuvo muy desarticulado, inofensivo.
Era un partido que iba a los penales, pero Boca hizo caja de un despiste para quedarse con la copa del banco.