16/05/2024

Hace 80 años nació el gran Alberto Spencer

Miercoles 06 de Diciembre del 2017

Hace 80 años nació el gran Alberto Spencer

[VIDEOS] Un sobrino del crack dice que debe crearse un museo en Ecuador en honor al artillero. Un amigo de la infancia asegura que el goleador deseaba volver a vivir en la Península.

[VIDEOS] Un sobrino del crack dice que debe crearse un museo en Ecuador en honor al artillero. Un amigo de la infancia asegura que el goleador deseaba volver a vivir en la Península.

Del mítico Hombre del Gol Importante, del también llamado Cabeza Mágica y Crack de dos Banderas (las de Ecuador y Uruguay), por años solo una serie de fotografías y videos en blanco y negro –para quienes no lo vimos jugar– nos han dado una idea de su descomunal capacidad anotadora. Pero de Alberto Pedro Spencer Herrera (1937-2006) sabemos, no solo por esos documentos gráficos, que es el mejor futbolista ecuatoriano de todos los tiempos.

También por descripciones como la del periodista francés François Thebaud, director de Mirror du Football, quien en 1966 opinó del genial atacante tricolor: “Es el único jugador que me hace recordar, por sus cualidades y estilo, al formidable Pelé. Del gran brasileño tiene Spencer la misma desenvoltura, la potencia, las increíbles posibilidades de aceleramiento, el sentido que le permite esquivar golpes, la técnica sin fallas. También un extraordinario juego de cabeza. Su inteligencia para el fútbol colectivo es muy superior a la de Eusebio”.

El recuerdo de la pletórica imagen de Spencer, sostenido en el aire, cabeceando con la fuerza demoledora, se enaltece hoy, cuando se recuerda el 80º aniversario de su nacimiento en 1937, en Ancón, Santa Elena. También su memoria es venerada en Uruguay.

Para su viuda, María Teresa Capetillo, y sus hijos, Alberto, Walter y Jacqueline, hoy es “un día especial”. A decir de Alberto –hijo mayor del goleador– cada uno vivirá esta fecha “a su manera. Todos tranquilos”. El primogénito de Spencer contó que el pasado 3 de noviembre, cuando su padre cumplió once años de muerto, fue con su madre y esposa al cementerio Parque del Recuerdo a dejarle flores. Además, le agradecieron al ídolo de Peñarol “por todo. Pero no nos alcanzará la vida para poder agradecerle”.

En Ancón, Spencer vive en el corazón de Jorge Borell, compañero de escuela. Moñito Borell aún frecuenta, nostálgico, el barrio Guayaquil (en el puerto peninsular), donde se reencontraba con su amigo cada que volvía de visita al país. “Alberto nunca cambió su manera de ser, sencilla y humilde”, asegura.

Borell cuenta: “Cuando Alberto estaba en Peñarol, lloraba. Decía que cuando terminaba un partido todos creía que era sudor lo que se le regaba en la cara; pero no. Él decía: ‘Eran lágrimas, yo extrañaba a mi Ecuador, extrañaba Ancón’”.

Agrega que cuando Spencer fue hospitalizado en EE.UU., por la enfermedad que acabó con su vida, uno de los hijos del delantero de “los piques acalambrantes y fantasmagóricos”, como lo calificó El Libro de Oro de Peñarol, se lo pasó al teléfono. “Alberto me dijo: ‘Yo salgo de esta y voy y me radico en Ecuador. Vamos a vivir en la Península. Vamos a estar continuamente viéndonos’. Afirma Borell que a Spencer lo recuerda todos los días, pero hablar sobre su fallecimiento no le gusta.

La memoria de Spencer está perpetuada en tres museos: en Ancón: en la sede del Club Andes (con 15 fotos donadas por la familia), en el del estadio Centenario y en el de Peñarol. En este hay un espacio esquinero en el Sector Internacional, donde se ven, debajo de la imagen del tricolor, dos trofeos del torneo Teresa Herrera.

En Montevideo, la familia conserva dos camisetas del inolvidable ‘9’ de Peñarol, guardadas por su viuda. Hace poco se enteraron de que un coleccionista compró la que Spencer usó en el tercer partido que los aurinegros le ganaron a River Plate, por la final de la Copa Libertadores 1966. “Lo contactamos para saber si quería venderla y nos dijo que no. Le contamos quiénes éramos y respondió que no, que lo lamentaba. Que esa camiseta de mi padre vale oro”, relata Alberto Jr.

Y Marcos Spencer Castillo, sobrino de Alberto (su padre llevó al crack al Everest), cree que en Guayaquil debe haber un museo en honor al también exariete canario “porque mucha gente lo quiere conocer. No hay difusión”. Para este exdocente jubilado, la juventud no comprende la magnitud mundial que tiene Cabeza Mágica. “Por ejemplo, Barcelona develó un busto de Jorge Bolaños, ¿y por qué aún no uno de mi tío Alberto? Él terminó su carrera ahí. Debió ser uno de los primeros reconocidos”. Por ahora, en la antigua oficina de Spencer, en Montevideo, trofeos, medallas, diplomas, y camisetas conforman un pequeño museo familiar, sin ingreso para particulares.

Ahí, hoy recuerdan que el ídolo nació hace 80 años. (D)

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