Tuvo la suerte de jugar y ser ídolo del equipo del que es hincha. Es una historia de amor a primera vista, que fue creciendo día a día y que, a pesar de algunos cortocircuitos, ya nada pudo romper. Se trata de Ariel Ortega y, claro, River.
Recientemente, el Burrito dio una nueva muestra de ese sentimiento que lo une al club de Núñez: se tatuó en el brazo derecho una imagen del día de su partido homenaje, en la que está abrazado a su hijo Tomás.
Rápidamente, la imagen comenzó a viralizarse por todo tipo de redes sociales, despertando una sonrisa entre todos los hinchas del Millonario.