Los futbolistas talentosos e indisciplinados no son exclusivos en Perú. Si bien a nivel nacional nos podemos quejar de la manera cómo Reimond Manco o Jean Deza perjudicaron su carrera por verse involucrados en actos extradeportivos que son inconcebibles para un futbolista profesional, en Argentina hacen lo mismo con Ricardo Centurión, hoy volante de Racing de Avellaneda.
Después de ser pillado durante su etapa en Boca Juniors -donde tuvo un nivel altísimo- con armas y tener una denuncia en contra por violencia doméstica, al mediocampista de 25 años se le presentó otra oportunidad en el fútbol argentino con el club que lo vio nacer luego de un paso intrascendente por el Genoa de Italia. Si bien en sus primeros meses de vuelta a la 'Academia' se ha portado de la mejor manera y ha sido una pieza clave en el esquema de Eduardo Coudet, 'Ricky' cometió esta mañana una imprudencia que no pasó desapercibido por un par de policías en Lanús.
Y es que en horas de la mañana, Centurión se pasó dos semáforos en luz roja mientras conducía un automóvil y estuvo muy cerca de atropellar a unos niños que iban al colegio. Asimismo, una vez que fue interceptado por las autoridades, el futbolista de Racing se negó a someterse a un control de alcoholemia e intentó sobornarlas para que lo dejen libre.
En consecuencia, los efectivos policiales procedieron a llevarse el auto del jugador nacido en Avellaneda, que era un BMW negro con lunas polarizadas y donde se sentía un fuerte olor a alcohol. Por su lado, Centurión tomó un taxi y retirarse del lugar sin ser detenido. No obstante, no pudo evitar ser reconocido y ahora su nombre es el principal tema de conversación en todos los programas argentinos de deporte.