En el amanecer de la Copa, en la década de 1960, el primer 10 en deslumbrar fue Pelé, que llevó al Santos a ganar los títulos de 1962 y 1963 con la categoría que sólo "O Rei" podía darle al torneo. En su paso por el "Peixe" dejó dos Libertadores, una Supercopa de Campeones Intercontinentales y dos de la Copa Intercontinental.
En los años setenta fue el argentino Ricardo Enrique Bochini, considerado como el máximo ídolo de Independiente de Avellaneda, quien con sus pases marcó una época inolvidable en la que llevó al "Rey de Copas" a conseguir los títulos de 1972, 1973, 1974, 1975 y 1984.
En la década de 1980 fueron el Flamengo y su número 10, Zico, los que dejaron huella en los estadios de la Copa con una capacidad individual espectacular y unos tiros libres que eran sello de gol del "mengao", con los que lograron el título de la Libertadores en 1981.
Y por supuesto el rival del Flamengo en esta final de 2019 también aportó un inolvidable número 10 para esta selección de estrellas.
Marcelo Gallardo, actual entrenador del River Plate, fue un 'Muñeco' difícil de contener en el medio campo, ganó la Libertadores de 1996 con los de Núñez y hoy como entrenador es un número 10 que ya ha ganado dos Copas Libertadores (2015-2018), una Copa Sudamericana (2014), tres Recopas Sudamericanas (2015-2016-2019) y una Suruga Bank (2015).
Pero también el equipo de la otra vereda puso un número diez de ataque. Juan Román Riquelme, el ídolo máximo de Boca Juniors en la primera década de los años 2000, quien con su calidad futbolística y esa manera de cuidar el balón le dio a los xeneizes las Libertadores de 2000, 2001, 2007 y la Copa Intercontinental en el año 2000.
Estos diez, genios con el balón, hicieron que la Copa Libertadores se convirtiera en un torneo atractivo y apasionante, pero el certamen anheló a dos de los más grandes del balompié que nunca la jugaron, los argentinos Diego Maradona y Lionel Messi.