BUENOS AIRES -- “Nací en Don Torcuato, somos nueve hermanos, cinco varones y cuatro mujeres. Me gusta tener la pelota, agarrarla siempre y hacer jugar al equipo”, decía Juan Román Riquelme hace 20 años, días después de su debut con la azul y oro.
El domingo 10 de noviembre de 1996 entró en la historia de Boca, ya que fue el del estreno de uno de los máximos ídolos de la historia del club.
Tan buena fue la presentación del 10, que ese día jugó con el número 8, que la hinchada le brindó una gran ovación con apenas un partido en cancha: el “Riquelme, Riquelme...”, bajó varias veces desde las tribunas de La Bombonera. Fue un amor instantáneo que se mantuvo y se mantiene, aún después del retiro de las canchas.
A continuación, un repaso de los 10 momentos más importantes de su carrera en el xeneize.
EL ESTRENO
La presentación fue ante Unión, en el triunfo por 2 a 0 en La Bombonera. “El técnico me dijo que juegue como en los entrenamientos, no me pidió nada raro”, decía Román sobre Carlos Salvador Bilardo, el DT de ese entonces. El pibe de Don Torcuato tuvo un debut soñado: Boca ganó y él fue clave, mostrando con gambetas y asistencias pincelazos de todo su talento.
DEBUT EN LA RED
Apenas 13 días después del debut, Román pudo convertir el primer gol en Boca. Fue frente a Huracán, en la goleada por 6 a 0 en La Bombonera, en un partido por la 14° fecha del Torneo Apertura. Con la goleada ya consumada (los Xeneizes ganaban 5 a 0), Riquelme conectó desde el borde del área grande un derechazo que pegó en el palo y entró en el ángulo.
UN TITULO ESPERADO
Boca necesitaba un título después de seis años de sequía. Y en el Torneo Apertura de 1998 y de la mano de Carlos Bianchi, llegó la esperada conquista. El xeneize se consagró campeón invicto y Riquelme, ya con la 10 en la espalda y afianzando como titular, fue una de las piezas clave de un equipo que luego haría historia.
EL CAÑO A YEPES
Boca jugaba contra River por los cuartos de final de la Copa Libertadores de América. La revancha, en La Bombonera, tuvo a un Riquelme en una de sus mejores noches. Gol de penal para el 2 a 0 parcial que le daba la clasificación a los Xeneizes, y un caño al colombiano Yepes que quedó para siempre en el recuerdo del hincha.
BAILE Y MERENGUE
Contra Real Madrid, por la final de la Copa Intercontinental de 2000 no hizo goles, pero jugó uno de sus mejores partidos con la azul y oro. Boca ganó 2 a 1 y se consagró campeón del mundo, con un Riquelme inspirado que a puro toque y pisada fue una pesadilla para la defensa rival. Hierro, Geremi y Makelele todavía se acuerdan de él.
EL TOPO GIGIO
Boca jugaba con River en La Bombonera, el 8 de abril de 2001. La victoria fue por 3 a 0, pero el partido no es recordado por el triunfo ante el clásico rival. Riquelme estaba enfrentado con la dirigencia y con el presidente, y luego de fallar un penal que le atajó Costanzo, y de meter el gol de cabeza en el rebote, corrió hasta el palco de Mauricio Macri para hacerle el festejo del Topo Gigio, con la manos en las orejas. Un festejo que se convirtió en clásico.
OTRA VEZ PALMEIRAS
Por la semifinales de la Libertadores de 2001, otra vez el rival fue Palmeiras, equipo al que venía de ganarle la final de la edición de 2000. En Brasil, Román marcó un golazo, que dejó sin chances al arquero Marcos tras un remate desde afuera del área. El festejo, claro, incluyó al Topo Gigio. El partido fue a los penales y Riquelme también aportó lo suyo para el pasaje a otra final continental.
GOLAZO ANTE UNION
El 2002 no fue un buen año para Boca. Tras la salida de Carlos Bianchi, llegó el Maestro Tabárez, con quien el xeneize hizo buenas campañas pero no logró títulos. De todos modos, Riquelme no defraudó. Y tal vez, marcó en esta temporada uno de los mejores goles de su carrera, eludiendo en una pisada a tres jugadores de Unión y definiendo ante la salida del arquero junto a un palo. Un golazo.
REGRESO CON GLORIA
Luego de tres años sin ganar la Copa Libertadores, Riquelme volvió a Boca para jugar por seis meses, tiempo que le alcanzó para ser el conductor rumbo a otro título continental. Román tuvo un torneo estupendo, con goles clave para que Boca llegara a la final. Y el broche de oro lo puso en Brasil, un país que siempre le sentó muy bien, y nada menos que en la final ante Gremio. Tras pase de Ibarra, por derecha, a los 24 minutos del segundo tiempo clavó un zapatazo desde afuera del área que se metió en el ángulo. Boca, así, se quedó con la sexta Libertadores de su historia.
LA DESPEDIDA DE BOCA
"Es un privilegio saber que nadie, nunca, me va a poder reprochar que no defendí estos colores. Por suerte pude cumplir todos mis sueños con la camiseta de Boca", dijo tras el último partido oficial en el xeneize. Fue el 11 de mayo de 2014 ante Lanús y el equipo de Carlos Bianchi ganó 3-1, con goles de Emmanuel Gigliotti, Nicolás Colazo y Claudio Riaño. Todavía está pendiente el partido homenaje. Los hinchas lo esperan ansiosos, para verlo y disfrutarlo al menos un poco más.