Llegar al futbol profesional suele ser un sueño cumplido para muchos, mientras que para otros puede significar literalmente la salvación. Carlos Tévez es uno de los máximos ídolos del balompié argentino, en el que además, se pueden ver reflejados los aficionados, debido a las situaciones que ha tenido que enfrentar a lo largo de su vida.
Carlos Tévez nació el 5 de febrero de 1984 en el barrio Ejército de los Andes, barrio que también es conocido como Fuerte Apache y considerado uno de los más peligrosos en Buenos Aires, Argentina.
Su madre lo abandonó a los seis meses y su padre murió en un tiroteo cuando Carlos tenía cinco años, por lo que creció criado por sus tíos Segundo Raimundo Tévez y Adriana Noemí Martínez, a quienes comenzó a considerar como sus padres.
El accidente que lo marcó
Cuando Carlos Tévez tenía 10 meses cuando le cayó agua caliente en la cara, cuello y parte del pecho, por lo que tuvo que ser llevado al hospital. Sin embargo, por el poco conocimiento que tenían sus tíos en primeros auxilios, le cubrieron la herida con una manta de nailon, la cual se adhirió a su piel dejándole una marcada cicatriz, la cual ya se volvió parte de su identidad.
Una dolorosa pérdida
Tras vivir su infancia en el llamado Fuerte Apache, Tévez estuvo rodeado de un ambiente peligroso, situación que tuvo que vivir de cerca.
Carlos Tévez creció junto a su mejor amigo Darío Coronel, con quien compartió la pasión por el futbol durante mucho tiempo; estuvieron en All Boys a los 12 años, usando los dorsales 9 y 10, respectivamente.
Más tarde, sus caminos se separaron, pues Tévez se unió a las filas del Boca Jrs, mientras que Coronel llegó al Vélez Sarfield. A los 17 años, Carlos debutó con la escuadra Xeneize, mientras su amigo comenzó a decantarse por la vida alejada de las canchas y cercana a la delincuencia.
En este contexto, Carlos Tévez fue convocado a la selección Sub 17 de Argentina, sin embargo su alegría se vio empañada tras recibir la noticia de que su amigo Darío Coronel había muerto luego de un robo donde terminó rodeado por la policía; cuando se vio acorralado mató a dos elementos y posteriormente se disparó en la cabeza. "Es el mejor jugador que vi en mi vida", sentenció el futbolista argentino sobre su amigo.
Cabe mencionar que sus hermanos siguieron un destino similar pues Juan Alberto Martínez fue detenido, junto a su cuñado, en 2010 por un presunto robo de un camión blindado rumbo al aeropuerto de Córdoba, por lo que fueron condenados a 16 años de prisión. Mientras tanto, su otro hermano, Diego, fue descubierto por la policía en 2006 con un revólver calibre 38 especial y 14 municiones.
Tévez consideró que si no hubiera llegado al futbol profesional, su destino pudo haber sido similar al de sus seres queridos.
Años más tarde, su padre Segundo Tévez fue secuestrado. Cuatro personas le robaron el auto, y al ver la documentación se enteraron que era el papá del delantero Carlos, por lo que decidieron secuestrarlo y pidieron un millonario rescate, el cual fue pagado por el futbolista.
Del sueño a la realidad
Pese a las complicadas situaciones que atravesó, Carlos Tévez supo aprovechar las oportunidades que le dieron y llegó al futbol profesional, donde -entre otras cosas- se convirtió en uno de los ídolos del Boca Juniors en el futbol de Argentina, club del que siempre se declaró como un aficionado más.
En su carrera profesional estuvo en equipos como Boca Juniors, Corinthians, West Ham United, Manchester United, Manchester City, Juventus y Shanghái Shenhua, ganando al menos un campeonato con cada uno de ellos, a excepción de los Hammers.
Tras su retiro, Tévez, también conocido como Apache, optó por convertirse en entrenador, estrenándose con Rosario Central. Sin embargo, actualmente dirige al Independiente en la Superliga Argentina, al cual salvó del descenso y con quien está ligado hasta 2026.
FCM