La más grande alegría deportiva fue quizá cuando la Selección Nacional absoluta logró clasificarse por primera vez a la Copa Mundial de la FIFA, el 7 de noviembre de 2001.
72 años tuvo que esperar Ecuador para dar el primer grito en su historia desde que Uruguay organizó la primera edición del Campeonato Mundial.
La gesta llegó de la mano de un equipo conformado básicamente por jugadores que militaban en clubes del país; no más de seis elementos actuaban en el extranjero.
Ser parte de la crema y nata del fútbol mundial fue un suceso en nuestra sociedad. La Tricolor selló su boleto al Mundial Corea/Japón 2002 con un gol que lleva la firma de quien fuera el máximo anotador del mundo de 1998 reconocido por la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol). Un gol de cabeza que se recuerda año a año (ya van 18). Un gol soberbio porque se le marcó a un rival bravo como Uruguay y porque en esa eliminatoria Ecuador comenzó a romper barreras, por ejemplo, venciendo a Brasil; y formidable por la exquisitez de su elaboración y concreción.
El autor es Jaime Iván Kaviedes, que se suspendió en el aire para conectar de cabeza un centro milimétrico de Álex Aguinaga, quien antes vio cómo Agustín Delgado se zafó de dos celadores uruguayos para entregar el pase que terminaría siendo vital.
El trascendental encuentro arrancó a las 16:00, con alrededor de 44 mil espectadores en el Estadio Olímpico Atahualpa de Quito. Antes y durante el partido varios aviones volaron sobre el estadio, dejando humo con los colores de la bandera ecuatoriana. El técnico Hernán Darío Gómez quedaba perplejo mirando al cielo.
Uruguay se pondría en ventaja mediante la pena máxima, debido a una falta del zaguero Giovanny Espinoza que se resbaló y cuando quiso recuperarse empujó dentro del área a Nicolás Olivera. El mismo delantero anotó en el minuto 43 con remate a media altura para derrotar a José Francisco Cevallos.
En la etapa de complemento, cuando se jugaban 72 minutos, un centro preciso dentro del área por parte de Aguinaga, fue conectado a la perfección por Kaviedes que colocó la pelota en un ángulo dejando sin reacción al portero Fabián Carini. Ecuador ponía el empate y sellaba su clasificación a Corea/Japón 2002 a falta de una jornada del cierre de las eliminatorias sudamericanas, en las que se ubicó en en un histórico segundo puesto delante de Brasil.
La jugada del tanto inició en el fondo trasladando el balón por el centro Alfonso Obregón y repartiendo al costado derecho para Ulises de la Cruz; tocó la pelota Espinoza y este la devolvió al mediocampo para Edwin Tenorio, que abrió el campo hasta el sector izquierdo donde se encontraba ansioso Aguinaga. El Güero lanzó un pelotazo al área donde se encontraba Delgado acorralado por sus celadores uruguayos. El Tin arrastró la marca de los dos charrúas e hizo una maniobra para retroceder el esférico y dejar otra vez en los pies de Aguinaga la posibilidad del empate. El 10 recibió dentro del área y de inmediato tiró de izquierda colocando un centro magnífico que Kaviedes impactó con la frente para definir el 1-1.
El once que dispuso ese día el entrenador Hernán Darío Gómez es el siguiente: José Francisco Cevallos, Ulises de La Cruz, Iván Hurtado, Giovanny Espinoza, Raúl Guerrón; Cléver Chalá, Alfonso Obregón, Edwin Tenorio y Édison Méndez; Agustín Delgado e Iván Kaviedes. Entraron al cambio Álex Aguinaga, Ángel Fernández y Luis Gómez.
El partido de la clasificación fue ante Paraguay
Para el lateral derecho Ulises de la Cruz, el boleto a Corea/Japón lo aseguraron en el triunfo con remontada por 2-1 sobre Paraguay, el 24 de abril del mismo año en el Atahualpa.
"Si Ecuador no gana estaríamos diciendo adiós a la eliminatoria, nos decían. De todas maneras, estábamos motivados porque veníamos de ganarle 1-0 a Brasil y sentíamos que éramos invencibles en casa", relata el exlateral por derecha en su libro La Gloria y la Cruz de Ulises.
Tras la victoria sobre Paraguay, De la Cruz revela que los jugadores se atrevieron a pensar "Ya estamos en el Mundial", pues la Selección ocupaba el segundo lugar en la clasificación "y lo que seguía era prácticamente de trámite".
El originario de Piquiucho, provincia del Carchi, menciona que después de la celebración del pase al Mundial se dio cuenta de "que detrás del resultado futbolístico obtenido, el esfuerzo realizada le estaba dando alivio a nuestros pueblos. El fútbol nos estaba dando la oportunidad de hacer notar a nuestra gente olvidada".
A Álex Aguinaga se le pone la piel de gallina
Desde México, por vía llamada de WhatsApp, el excapitán de la Tri, Álex Aguinaga, comentó que se le pone piel de gallina cada vez que mira el video del gol de Iván Kaviedes ante Uruguay. Normalmente revisa en redes sociales, dice.
"Uno recuerda y se le viene a la mente esos momentos, el estar ahí con la tensión; la satisfacción de haber conseguido algo diferente, de haber sido los primeros en poner al Ecuador en una justa mundialista de fútbol, y eso para nosotros será imborrable aunque pasen los años. Fue un orgullo haber participado", le dijo Aguinaga a EL UNIVERSO.
Respecto a las impresiones de De la Cruz en el libro La Gloria y la Cruz de Ulises, el '10' bromeó: "Bueno, no estoy de acuerdo con Ulises (risas). Cada uno tiene sensaciones diferentes, y obviamente el hecho de no estar de acuerdo no quiere decir que no sea una realidad. Para mí todos los partidos fueron vitales, todo lo que sucedió durante la eliminatoria nos fue fortaleciendo, inclusive lo negativo". (D)