El español Iván Vázquez, de 31 años, es el director de todas las categorías formativas de Independiente del Valle, cargo que lo asumió en enero pasado. Lleva 15 años vinculado a esta área, cuenta. Desde su experiencia, en diálogo con este Diario, analiza el potencial que existe en el Ecuador, la diferencia con la formación en Europa, qué hacer para evitar los pasados de edad y cómo mantener a Independiente en calidad de semillero, algo que tiene al club como protagonista en los torneos en el país, e incluso en noviembre se coronó campeón de la Copa Sudamericana.
¿Cómo se vincula al club?
Fue algo que me sorprendió bastante. En diciembre del año pasado terminé mi relación con el Deportivo La Coruña y comencé a recibir llamadas, una de ellas de Ecuador. Tenía mi vida armada en España y en lo que menos pensaba era en salir. Todo fue rápido y acepté; no me arrepiento.
¿Qué tal la infraestructura?
Muy desarrollada, mejor que muchos clubes de Europa. En total tenemos diez canchas, dos para el primer equipo.
¿Qué se evalúa para ‘reclutar’ a niños o jóvenes?
La idea es tener a los mejores del país, pero no solo al mejor jugador, sino al mejor para lo que Independiente quiere. Puede haber un chico sub-12 que destaca mucho por su fortaleza física, que corre, mas se debe tener cuidado porque hay muchos pasados de edad en el fútbol formativo. Los chicos deben poseer técnica, ser rápidos y potentes.
¿Cómo combatir el tema de los pasados de edad?
Eso se ve a simple vista. Pero, si hay alguna duda se hace la prueba médica de la muñeca para saber la edad real.
¿Recorre el país en busca de los talentos?
Tenemos un equipo de cazatalentos, pero sí me gusta de vez en cuando desplazarme a las zonas. Una de las primeras cosas que hice cuando llegué al Ecuador fue ir a esos sitios y conocer la realidad de los chicos. Una de las cosas que me impactó es que la mayoría viven en zonas complicadas, de mucha pobreza. Es importante saber eso para entender ciertos comportamientos.
Queremos que Independiente tenga una idea atractiva de fútbol, pero más allá de eso se debe ganar con juego limpio, con valores. Iván Vázquez, director de formativas de Independiente
¿Hay diferencias con la formación en Europa?
Allá el futbolista lo tiene todo.
¿Incluso en la infancia?
En su gran mayoría tienen todas las facilidades para llegar al profesionalismo. Si se les rompen unos pupos, tienen otros. Si no juegan en un equipo, se van a otro, etcétera. Acá es más complicado llegar. Pero en el Ecuador hay algo que ya no se da en Europa: muchos chicos juegan en la calle, por la pobreza. Estar siempre con la pelota hace que desarrollen su talento. En Europa los padres les regalan un ordenador y ya no desarrollan el talento innato. En el Ecuador la creatividad es máxima y si a eso se le agrega una metodología, de esa mezcla puede salir algo exitoso como se está demostrando en Independiente.
¿Qué ha encontrado en los recorridos?
(Suspira) En Esmeraldas se me acercó un padre y me dijo que cómo se ha elegido cierta cancha para los partidos y no la que está en la entrada del pueblo. Entonces, le digo por qué y me responde: ‘Porque venir acá cuesta $1 y muchos padres no tienen ese dinero, mientras que para ir a la otra solo cuesta 20 centavos’. Me quedé sin respuestas.
¿Qué pasa si un sub-18 no llega al profesionalismo?
Tenemos el equipo de Reserva y la filial de la serie B (Independiente Juniors), pero claro hay otros que no tienen cabida en ese plantel. Por eso, lo más importante es que durante su permanencia en el club ellos estudien, se preparen, para afrontar la vida desde otro ámbito porque en la realidad cuando lleguen a ser mayores serán muchos más los que no alcancen a ser profesionales.
¿Qué nuevos jugadores los veremos en el primer equipo en el 2020?
Aún no sabemos, pero queremos equivocarnos lo menos posible, así como ha pasado en los últimos años.
¿Podrá Independiente seguir siendo protagonista?
Esa es la idea siempre, que el rendimiento no merme y así fue como conseguimos este año ganar la Copa Sudamericana, pero no nos podemos confundir y confiarnos. El trabajo debe seguir y ser mejor. (D)