01/05/2024

Esteban Dreer se rinde a sentida ovación de la hinchada de Emelec

Sábado 01 de Febrero del 2020

Esteban Dreer se rinde a sentida ovación de la hinchada de Emelec

‘¡Olé, olé, olé, olé... Rifle, Rifle!’, el coro de 35 000 fanáticos en la presentación anual de eléctricos.

‘¡Olé, olé, olé, olé... Rifle, Rifle!’, el coro de 35 000 fanáticos en la presentación anual de eléctricos.

La espectacular Explosión Azul 2020 de Emelec tuvo en Esteban Dreer –arquero de Liga de Portoviejo– a un protagonista ajeno y a la vez tan propio en el estadio George Capwell, tanto o más que cualquiera de los 27 futbolistas del plantel eléctrico aplaudidos por la hinchada la noche del pasado jueves.

Tras los estruendos en los graderíos por la presentación del elenco millonario, sonoros y sentidos vítores se destinaron al guardameta de 37 años, titular indiscutible del arco de Emelec entre 2012 y 2019 y cuádruple campeón de Ecuador (2013, 2014, 2015 y 2017). La dirigencia no renovó contrato este año con el argentino-ecuatoriano, pese a sus manifiestas intenciones de aceptar un salario reducido y seguir en el club.

Aquel afectuoso recibimiento ocurrió apenas Dreer salió a calentar. En su camino al arco de la av. Quito saludó con los brazos en alto y se golpeó el pecho en muestra de reciprocidad por el cariño de los 35 000 fanáticos que corearon a lo largo de un minuto: “¡Olé, olé, olé, olé... Rifle, Rifle!”.

La concentración de Dreer se dividió entre las actividades de calentamiento y las lágrimas que –aunque lloroso– con sus manos enguantadas evitó derramar, mientras intentaba atajar los balones que le lanzaba el preparador de arqueros del equipo portovejense.

En un lapso de cinco minutos, los cánticos de la rendida barra de Emelec siguieron: “Gracias, gracias, Esteban, por los años en esta institución”.

Entre tanto, el ducho guardameta daba muestras de bien conservadas condiciones físico-técnicas, estado que se volvió a evidenciar cuando, ya uniformado, retornó del vestuario para ubicarse –con ágiles movimientos en zigzag– al pie del pórtico de otro club por primera vez en nueve años.

Antes, el Rifle se acercó al banquillo del equipo local –que solo en contadísimas y casuales ocasiones ocupó– a saludar a sus excompañeros de plantel, cuerpo técnico y demás profesionales del club millonario.

El actual entrenador de Emelec, el español Ismael Rescalvo, recibió un extenso abrazo por parte de Dreer, víctima de la premura por el pitazo inicial del juego amistoso.

Luego de que encajara los dos desacostumbrados goles de su exequipo, conseguidos por Alexis Zapata (tiro libre inatajable a la escuadra) y Joao Joshimar Rojas, al arquero de la Capira le llegó el momento de lucirse en el arco contrario al que defendió ocho campañas.

El exportero millonario evitó la goleada antes del medio tiempo cuando ganó en un mano a mano frente al colombiano Zapata y, en segunda instancia, bloqueó un cabezazo de Rojas, el atacante más incisivo. Dreer –un caso aparte en la noche azul– volvió a recibir los aplausos del público.

No hubo placa ni cualquier otro reconocimiento tangible de ninguna procedencia para el Rifle, en una noche tan suya como de Emelec.

El guardavallas deberá volver al Capwell el próximo 22 de marzo, cuando azules y verdiblancos se encuentren en la sexta jornada del campeonato nacional. (D)

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