26/04/2024

Ricardo Vasconcellos Rosado: Washington Villacreces Roca sopló 89 velitas

Domingo 23 de Febrero del 2020

Ricardo Vasconcellos Rosado: Washington Villacreces Roca sopló 89 velitas

El gran volante y capitán de la selección en el Sudamericano de 1955, de Río Guayas, Panamá y de Valdez, sorprende por su estado físico.

El gran volante y capitán de la selección en el Sudamericano de 1955, de Río Guayas, Panamá y de Valdez, sorprende por su estado físico.

Cuando pasó su época de esplendor en el fútbol decidió irse en silencio y dedicarse a terminar su carrera de ingeniero civil, lo que logró en un tiempo en que la Universidad de Guayaquil era un centro académico de gran exigencia. Para llegar a sus aulas había que rendir un exigente examen de ingreso, pese a la buena formación que se traía desde el colegio.

Los maestros eran profesionales de gran prestigio y los exámenes eran rigurosas pruebas de conocimientos. Con su capa y birrete el que fuera uno de los mejores centromedios de los tiempos del viejo Capwell se sumergió en el ejercicio de su profesión y muy pocos lo vieron en un estadio como espectador de algún partido.

Conocí a Washington Villacreces Roca, o el Zambo Villacreces, en mi barrio a inicios de los años 50. Por ese tiempo solía jugar –pocas veces– la pelota callejera en un equipo que armaba su vecino Galo Roggiero y en el que brillaban Empanada Murillo, Wesner y Melvin Tutivén, de Chacarita Juniors; Raúl Villena, Galo Aspiazu y otros jóvenes de la barriada. Washington despuntaba su clase futura entre los juveniles del Panamá, el equipo de Dantón Marriott, el más grande descubridor de estrellas de nuestro fútbol.

A finales de 1950, de una rebelión contra la Federación Deportiva del Guayas nació la Asociación de Fútbol, entidad pionera del profesionalismo en el país. En 1951 iba a realizarse la primera temporada profesional y los equipos porteños empezaron a importar futbolistas extranjeros y reforzarse con nacionales. En abril de 1951, Asoguayas aceptó la incorporación de Río Guayas. Después se unió Reed Club.

Estos dos clubes, más Emelec y Patria, emprendieron grandes fichajes de renombrados futbolistas argentinos, peruanos, uruguayos y un costarricense. El balompié guayaquileño parecía una pequeña imitación de El Dorado colombiano.

Diez empresarios guayaquileños se reunieron para formar un capital de 50 000 sucres dividido en acciones de 5000. La intención era formar un equipo profesional poderoso. Algunos de los directivos viajaron a Buenos Aires a contratar jugadores para lo cual buscaron la asesoría del conocido entrenador argentino Gregorio Esperón, mientras en Guayaquil se reclutaba a jugadores nacionales.

Así llegaron a Guayaquil Juan Deleva, quien había sido portada de El Gráfico en 1947 cuando era el centro forward titular de Independiente de Avellaneda Eduardo Spandre, ítalo-argentino que había jugado en River Plate; Jorge Caruso, el arquero Valentín Domínguez, Teodolindo Mourin, Óscar Luis Carrara, Basilio Padrón, Juan de Lucca, José Clemente Saulé y Alcides Aguilera.

Para la segunda etapa arribó el argentino Óscar Esmori. Entre los nacionales llegaron al plantel de Río Guayas Héctor Sandoval, Víctor Lindor, José Guamán Castillo, Jorge Espinoza, Enrique Plaza, Jorge Miranda, Enrique Castro y, para orgullo del barrio de La Victoria, dos de nuestros cracks: Washington Villacreces y Eduardo Buche Icaza. Los dos estuvieron en el estreno no oficial del equipo. El 6 de junio de 1951 se inició un cuadrangular preparatorio y Río Guayas apareció ante Patria.

En la cancha del Capwell se estrenó con su uniforme de camisa verde con una V gigante en color blanco y pantaloneta blanca. Formaron el día de su debut Domínguez; Spandre y el nacional José Guamán Castillo; Héctor Sandoval, Caruso y Carrara; Enrique Plaza (Castro), Padrón (Eduardo Icaza), Juan Deleva, Washington Villacreces y el gaucho Luis Gudiño, que no quedó en el plantel.

El 13 de junio, bajo el arbitraje del uruguayo Luis A. Fernández, quien había sido contratado para dirigir el torneo profesional junto al inglés Mr. Leslie Williams, Reed Club venció a Río Guayas 2-0. Aquella vez formaron Domínguez; Spandre y Guamán Castillo; Miranda, Caruso y Sandoval; Padrón, Lindor, Deleva, Villacreces y Castro. De entre los futbolistas nacionales Sandoval iba a ser titular en toda la campaña oficial, en una temporada para el recuerdo.

Río Guayas fue campeón invicto en ese certamen profesional inicial de la Asoguayas y dejó un recuerdo que no se borrará entre los que vieron a diez extranjeros y un nacional batirse en todas las canchas del país. Villacreces, Icaza, Guamán Castillo y Lindor fueron usuales en las alineaciones y dejaron una huella muy profunda cuando, por las presiones económicas, el gran equipo dejó de existir.

Villacreces e Icaza pasaron al Panamá, de donde habían llegado. El primero estuvo en las filas panamitas hasta 1955 en que pasó a Unión Deportiva Valdez. Ese año la Selección viajó a Chile para participar en el Sudamericano. Pese a jugar en un equipo chico como el Panamá, Villacreces formó parte del combinado nacional en el que estaban volantes del nivel de Jorge Carita Izaguirre, Galo Papa Chola Solís y Carlos Pacharaca Alume. En el debut ante Chile, Villacreces entró al cambio por Izaguirre y destacó pese a la derrota por goleada del combinado nacional. Se dio el lujo de marcarle un golazo al arquero chileno Misael Escutti.

En adelante salió como titular en los compromisos ante Argentina, Perú, Paraguay y Uruguay haciendo pareja con Galo Solís. El técnico José María Jiménez Díaz-Granados, impresionado por la calidad, el carácter y la personalidad de Villacreces, lo designó capitán, un honor extraordinario para un jugador que pocos días antes había cumplido 24 años.

Su actuación en Chile llamó la atención del dirigente milagreño Edmundo Valdez Murillo, quien lo llevó a las filas del campeón reinante Unión Deportiva Valdez, que ese año se había reforzado con el consagrado Isidro Matute, el cañonero Santiago Osorio, Manuel Andrade, Alfredo Égüez, Abraham Vikeka Ortega y los juveniles de la selección de Milagro Hugo Pardo y Flavio Nall.

La carrera de Villacreces en Valdez fue brillante. Formó una línea media de gran clase siempre como titular, alternando con Julio Caisaguano y Segundo Viteri, dos que están en la historia lujosa del plantel milagreño. En 1955 y 1958 Valdez fue tercero y subcampeón en 1956. En 1958, disidencias dentro de la compañía azucarera obligaron a Edmundo Valdez a disolver el equipo y obsequiar el pase en blanco a sus jugadores, en una muestra de desprendimiento imposible de imitar hoy.

El gran volante de Valdez y la selección nacional recibió ofertas de varios equipos que quisieron llevar su calidad, su liderazgo y su temperamento a sus filas, pero Villacreces optó por su carrera universitaria. El fútbol, eso sí, no lo dejó.

En recuerdo de sus tiempos de volante de la selección vicentina, inderrotable campeona en la que formaba la medular con Julio Rubira, siguió en la de ingeniería civil en los interfacultades hasta que se cansaron de ganar campeonatos con grandes jugadores de jerarquía, como Agustín Ferrero, Jacinto Astudillo, Clímaco Cañarte y otras estrellas.

Wacho Villacreces continuó laborando en Milagro con la Azucarera Valdez, donde se jubiló en medio del aprecio de sus compañeros de faenas profesionales y de quienes jugaron con él en los años triunfales del inolvidable Valdez.

Hace pocos días, junto con su esposa, sus orgullosos hijos y demás familiares, se tomó el trabajo de soplar 89 velitas. Sorprende el excelente estado físico y de salud del gran volante y capitán de la Selección, de Panamá y de Valdez. Esperamos estar junto a nuestro querido amigo de barrio cuando llegue al centenario.

La carrera de Villacreces en el Valdez fue brillante. En 1951 fue parte del inolvidable Río Guayas, primer campeón del profesionalismo del país. Siguió ligado al ingenio, donde se jubiló".

(O)

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