24/04/2024

Ricardo Vasconcellos Rosado: Reed Club fue también un equipo de fútbol

Domingo 05 de Abril del 2020

Ricardo Vasconcellos Rosado: Reed Club fue también un equipo de fútbol

A fines de 1947 John Mark Reed se interesó en el balompié. A inicios de 1948 Reed compró la categoría del California y aparecer en el fútbol. En 1951 el club jugó en el primer torneo profesional.

A fines de 1947 John Mark Reed se interesó en el balompié. A inicios de 1948 Reed compró la categoría del California y aparecer en el fútbol. En 1951 el club jugó en el primer torneo profesional.

Nueva Jersey -

La obligada cuarentena puede servir para reverdecer recuerdos y hacer un repaso por la historia vivida en los escenarios deportivos cuando Guayaquil era un vivero de emociones con los encuentros de básquet, fútbol o béisbol; las competencias de atletismo, ciclismo y natación; los combates de boxeo y lucha libre en el Huancavilca: las pruebas de levantamiento de pesas en el coliseo de LDE o los choques futboleros de las ligas de novatos en el Jockey Club, el American Park o La Atarazana. Casi nada queda hoy de esa fiesta semanal.

Los escenarios deportivos fueron perversamente demolidos o se envejecieron por falta de mantenimiento; los grandes dirigentes de esas épocas rindieron tributo a la vida o los echaron porque no estaban hechos para los negocios sucios, y muchos deportes fueron enterrados por la política que hizo de la bandera del progreso un trapo sucio bautizado como ‘La Nueva Era’. Pese a la ‘cirugía mayor’ frente a la corrupción enunciada desde el palacio de Carondelet, los responsables del desastre siguen campantes, protegidos por intervenciones que no revelan nada de los abusos, pero sirven para seguir con los mismos dueños enquistados en el poder federativo.

Mi amigo y colega Frank Maridueña publicó en estas páginas, hace pocos días, una columna destinada a recordar los momentos gloriosos del mejor equipo de béisbol de la historia: el famoso Reed Club. Tuve la fortuna de ver a esa novena en sus momentos gloriosos desde 1953 en que empecé a asistir al Reed Park, el parque de pelota que levantaron en La Atarazana los hermanos John y Robert Allan Reed. Aunque yo hacía barra por el Oriente que dirigía Munir Dassum, me deleité viendo lanzar a Héctor Ballesteros quien tenía como receptor a Marcos Avilés. Los que saben de este deporte y vieron a Ballesteros dicen que es el mejor lanzador nacional de todos los tiempos. Aún recuerdo a la barra de Reed gritando a su lanzador !Tírale ‘la loca’, Héctor, tírale ‘la loca’!. ‘La loca’ era una curva indescifrable que Ballesteros inventó y que nadie pudo imitar.

En el césped y tierra batida del Reed Park –tal como lo recuerda Frank– se lucieron fildeando Vicente Maldonado, José Banchón, Enrique Echanique y Manuel León, el mejor infield de todos los tiempos. En el jardín central dominaba los batazos el siempre bien colocado Carlos Raúl Gimeno. Después llegaron Chon Aguilar, lanzador y bateador descomunal, Percibal Jameson, Julio Escopeta Herrera, Félix Avilés muy jovencito, Medardo Haro y otros grandes peloteros que no he podido olvidar.

A Reed Club, dada la incomparable campaña del equipo de béisbol, se la ha identificado siempre que este deporte. Pero los aficionados más veteranos recuerdan que también fue un gran equipo de fútbol por donde pasaron estrellas nacionales y extranjeras. La historia dice que hubo un club llamado California que jugaba en la serie de ascenso del fútbol de la Federación Deportiva del Guayas.

A fines de 1947 John Mark Reed se interesó en el balompié por insinuación de Jorge Muñoz Medina, en ese entonces entrenador del Barcelona que iniciaba su camino a la idolatría y aun auténtico descubridor y formador de estrellas. A inicios de 1948 Reed decidió comprar la categoría del California y aparecer en el fútbol.

Muñoz Medina escogió a jóvenes jugadores de las ligas de novatos, pero la base del nuevo equipo estaba en la astucia y habilidad de un sobreviviente del California, Jorge Mocho Rodríguez, y en la maestría de un verdadero armador de juego que había tenido un breve paso por Barcelona en 1946: Elías Tumbaco Andaluz. Con Enrique Echanique en el arco, Luis Patón Alvarado en el centro de la zaga, Héctor Macías de volante central y adelante Pedro Mata Piña, Gerardo Veintimilla, Rodríguez, Tumbaco y Carlos Rivas, Reed Club fue la sensación del Ascenso hasta 1950 en que ganó el derecho de jugar en la entonces llamada División de Honor del fútbol guayaquileño.

Fue el año en que se produjo el cisma entre la Federación Deportiva del Guayas y los clubes de fútbol por motivos económicos. Nació entonces la idea del fútbol profesional y la fundación de la Asociación de Fútbol del Guayas. Reed estuvo entre los promotores. Muñoz Medina se había ido de Barcelona y asumió la tarea de armar el elenco para el primer campeonato profesional en 1951. El fútbol porteño parecía una réplica de El Dorado colombiano, lleno de figuras extranjeras. Patria anunció la llegada de Luis Orlandelli, argentino, exjugador de Magallanes, de Chile, y de Santa Fe de Bogotá, quien también iba a ser entrenador; de Emilio Calzone, volante de Racing Club y de Tigre de Buenos Aires; del arquero Eduardo Bores, quien iba a llegar procedente de Botafogo de Río de Janeiro; de Marcos Cousin, de 21 años, quien militaba en la tercera división de Independiente de Avellaneda, al igual que el zaguero de la misma edad Rodolfo Bores; del ariete argentinos Horacio Berlanga y del alero zurdo José Muzzio y de un delantero que iba a hacer historia en el balompié guayaquileño: Hortensio Patrullero González.

Río Guayas trajo once futbolistas extranjeros entre argentinos y uruguayos: Valentín Domínguez, Eduardo Spandre, Teodolindo Mourin, Óscar Luis Carrara, Jorge Caruso, Basilio Padrón, Juan de Lucca, Juan Deleva, Oscar Smori, Alcides Aguilera y José Clemente Saule. Emelec siguió con su línea argentina: Héctor Pedemonte, Manuel Collar, Francisco Croas, Orlando Larraz, Mariano Larraz, Oscar Luis Curcumelli y Luis Masarotto, y el uruguayo Luis Alberto Pérez Luz.

La línea que iba a imponer el Reed iba a ser peruana y pronto llegaron Jorge Otoya, de 23 años, iniciado en Libertad de Piura y quien estaba actuando en Diablos Rojos de Chiclayo, Higinio Bejarano, Eugenio Vera y los ex Alianza Lima Abelardo Lecca, Nicolás Lecca y Teófilo Talledo, más los nacionales Luis Patón Alvarado, Héctor Macías, Carlos Rivas, los milagreños Manuel Andrade y Segundo Viteri, y el manabita Marcial Astudillo. A ellos se agregó el arquero argentino Abel Tornay.

El 13 de junio de 1951, bajo el arbitraje del uruguayo Luis Fernández, quien había sido contratado para dirigir el torneo profesional junto al inglés Mr. Leslie Williams, Reed Club venció a Río Guayas 2-0, goles de Otoya y Astudillo. Aunque fue en un partido extra campeonato, fue la única derrota de Río Guayas en Guayaquil. El 22 de agosto, ya en el torneo profesional, Reed estuvo a punto de vencer otra vez a Río Guayas, que alcanzó una victoria in extremis por 1-0, gol de Víctor Lindor, uno de los pocos jugadores nacionales del poderoso Río Guayas, que a la postre sería el campeón invicto del primer torneo profesional.

Reed marchaba escoltando a Río Guayas y se preveía una final espectacular entre los dos equipos cuando una de las tantas escaramuzas fronterizas en el sur del país provocó un conflicto que hizo a los jugadores peruanos regresar a su país dejando desmantelado a los ridistas. Fue el final de la aventura futbolística. Los ingresos de estadio lleno y entradas muy baratas dinamitaron las finanzas de los equipos guayaquileños. Río Guayas y Reed Club decidieron bajar las persianas.

Nunca más volvieron a aparecer en nuestras canchas. Sus jugadores enriquecieron a otros equipos. Alvarado, Macías y Astudillo pasaron a Norte, que se clasificó campeón de 1951. Segundo Viteri, volante que alineaba con Talledo y Lecca, pasó a Unión Deportiva Valdez, monarca de 1953 y 1954. Igual le fue a Manuel Andrade Vélez, gran marcador de punta que hacía pareja con el peruano Bejarano.

Todos dejaron un gran recuerdo. (O)

Los ingresos de estadio lleno y entradas muy baratas dinamitaron las finanzas de los equipos guayaquileños. Río Guayas y Reed Club decidieron bajar las persianas".

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