Los tiempos que vive la Federación Ecuatoriana de Fútbol son preocupantes. Y no lo digo con el afán de dramatizar, pero resulta inaudito que el organismo rector del balompié nacional se encuentre inmovilizado institucionalmente y por ende inútil en sus responsabilidades. Y además está bicéfalo en su más alta dignidad en un claro ejemplo de lo que representa la ingobernabilidad. Ahora estamos pendientes de que los organismos internacionales, como la Conmebol y la FIFA, en expedientes separados, y en el tiempo que ellos puedan, tomen la decisión tan necesaria para nuestro fútbol.
El escenario dentro del país es vergonzoso. Los enfrentamientos entre las partes no tienen límites. Tan solo pensar que el secretario general de la FEF, en un careo público, fustiga a la mayoría del directorio en diversos temas. Uno es intrascendente, como explicar el pago de $1200 para traer a su perrito desde Buenos Aires; pero también Gustavo Silikovich acusa a los responsables de la rebelión del 24 de abril –día en que se resolvió remover de la presidencia a Francisco Egas– de evitar la reforma del estatuto, que dejaría afuera al fútbol aficionado. Esta acusación es grave porque viene del secretario general.
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En estos últimos días muchos futbolistas reconocidos en el ámbito nacional han hecho declaraciones fuertes y todas tienen un propósito vinculante que se puede identificar e interpretar sin mayor esfuerzo. Entre las coloquiales conversaciones encontramos la de Antonio Valencia y Jefferson Montero, vía Instagram live. En ella el famoso Toño dijo: “Te digo la verdad, lo que se hace mal en la tierra, aquí mismo se paga. Es que el tipo es muy mala persona y mira cómo la está pagando. Se merece todo esto por ser una mala persona”. Se refería Valencia, por supuesto, a Francisco Egas. Aseguró que este intentó dañar su imagen con lo del caso del Piso 17 y que no puede ser presidente de la Ecuafútbol.
Nos quedamos admirados por la contundencia de los dichos de Valencia y muchos, en las redes sociales, lo acusaron porque pese a haber violado normas de conducta con que descalificó al dirigente que lo denunció. Me llamó la atención que a los pocos días Frikson Erazo, en Twitter, salió en defensa de su amigo el Toño. Dijo que “la más grande ignorancia de un ser humano, que haya tenido la posibilidad de educarse, es mofarse de los argumentos de quien quizás no pudo hacerlo, pero que supo dar alegrías a un país entero”.
Está bicéfala la federación en su más alta dignidad.
Me sorprendieron las declaraciones de Erazo, porque que Valencia debe haberse preparado en sus diez años en Inglaterra. Conozco a muchos maestros de obras que no necesitaron tener títulos en sus paredes para ser hombres de bien. Recordé aquel dicho que reza: “Analfabetos, prácticos, obreros, armaron el arca de Noé, mientras que ingenieros, calculistas y técnicos afamados construyeron el Titanic”.
Otro exseleccionado Carlos Tenorio declaró: “La FEF es una vergüenza, hoy el fútbol ecuatoriano es un asco”. La polémica en la FEF ha dado mucho que hablar, pero me pregunto ¿por qué hoy los seleccionados se han vuelto tan críticos? Pienso que en la oportunidad y en el desquite puede estar la razón.
Mientras, la mayoría del directorio amenaza con declararse en rebeldía y desobediencia, si Egas reintenta dirigir la FEF. En este caos es fácil imaginar que la economía se irá a la bancarrota porque en fila estarán para cobrar la LigaPro, los árbitros, el cuerpo técnico español, el secretario general, el director deportivo, los administradores y hasta el Bolillo.
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En tanto, Jordi Cruyff sigue jugando con las frases. En todas las entrevistas, que sobre todo las que da en España, le encanta que le pregunten: ¿Volvería al Barca? Y él, como si no dijera nada, nos explica que el Barcelona es un club que lo ha marcado y que lo admira y “nunca se sabe, puede ser, sobre todo porque el cargo de la dirección deportiva es lo que me gusta”. Luego agrega: “Probé en Israel y en China ser DT y el banquillo me gustó y por eso he apostado a esa experiencia sudamericana con Ecuador”.
Por la inestabilidad que vive la FEF Cruyff debe dudar de la continuidad en el proyecto, por el momento sabe que cobrará todo lo que el contrato contempla, porque aquella rebaja del sueldo, que fue tan publicitada, nunca existió.
Es indispensable apremiar una solución. Estrada y Egas nos han demostrado que están dispuestos a que la FIFA intervenga, pero recuerden las partes que así como uno puede ganar, también los dos pueden perder si esto provoca la irrupción de la FIFA con una comisión normalizadora que dé poder a un interino para que administre la FEF. Habrá que hacer reformas estatutarias y solo entonces convocar a nuevas elecciones, en las que no podrán participar los que estuvieron en el conflicto.
La FIFA puede intervenir y poner interino para que administre la FEF.
En el otro lado de la medalla, la LigaPro intenta apresurar los tiempos para el retorno a los entrenamientos el 8 de junio y la competencia el 17 de julio, regidos siempre por los protocolos aprobados por el COE. Pero deben tener presente que siendo una institución gubernamental la que pone el visto bueno, la LigaPro no está exenta de responsabilidad. Por eso es crucial que los aportes científicos avalen que los tiempos para volver son los correctos y que los planes A, B o C no tendrán utilidad si el semáforo se enrojece otra vez. Es importante que el Consejo de Presidentes esté consciente de que es preferible caminar lentamente, si quieren llegar lo más pronto a un trabajo bien hecho.
Alemania entusiasmó al mundo del fútbol con su regreso a la competición. Los ojos estuvieron puestos en el protocolo y se cumplió casi todos. Un lema que afloró en redes: “Es que son alemanes”. Faltó la fiesta del aficionado, que ratificó que jugar sin público es como bailar sin música. Espero que el retorno al fútbol en Ecuador tenga éxito, pero soy escéptico como es Valdano cuando dice que ojalá el fútbol salga de esta especie de retiro con una lección aprendida, pero siempre con la duda: ¿cuánto tiempo durará la prudencia, después de este susto? (O)