"Creo que nací para tapar penales". Aunque el enunciado de Carlos Luis Morales –en septiembre de 2013–parece una valoración personal, la realidad dicta que es una sentencia irrebatible respecto de quien una y otra vez les cerró el arco a sus rivales, desde los 11 metros, en defensa del club de sus amores, Barcelona.
Morales, leyenda del arco del equipo canario, al que en las décadas del 80 y el 90 contribuyó notablemente para agigantar su condición de ídolo, falleció este lunes a los 55 años víctima de un infarto.
'Pestañita', como se le conocía desde joven a quien desde mayo de 2019 fuera prefecto del Guayas, fue cuádruple campeón de Ecuador (1985, 1987, 1989 y 1991) y finalista de la Copa Libertadores en 1990 con los toreros. En el plantel guayaquileño debutó el 22 de mayo de 1983, semanas antes de cumplir 18 años, en el estadio 7 de Octubre, de Quevedo (Los Ríos).
Precisamente en el torneo continental –en el que también jugó semifinales, en 1986, 1987 y 1992– grabó su nombre sobre piedra. Morales es el arquero canario dueño del récord en tandas decisivas; salió victorioso en tres de las seis definiciones por penales en que Barcelona se impuso por la Libertadores.
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Las hazañas coperas de Morales comenzaron el 16 de mayo de 1990, en Bolivia, cuando los canarios cayeron 3-2 ante Oriente Petrolero y en la clasificación igualaron en todos los órdenes. Para establecer quién avanzaba a la otra ronda, como tercero del Grupo 1 (detrás de Emelec y The Strongest), hubo que cobrar penales. Morales les atajó sendos disparos a José Luis Medrano y Milton Melgar; Jorge Monasterio erró y los amarillos vencieron 5-4.
El 12 de septiembre de 1990 otra vez Morales fue héroe al poner a Barcelona en la final al eliminar por penales a River Plate tras el global 1-1. Por los argentinos falló Rubén Da Silva y el golero guayaquileño le detuvo un tiro a José Serrizuela. En el Monumental se festejó el 4-3. Finalmente, el 8 de mayo de 1996, por el boleto a cuartos de final, Barcelona superó 2-1 al San José de Bolivia (2-2 el global) y clasificó por penales, con Morales en la puerta canaria.
En diálogo con este Diario, 'Pestañita' reflexionaba: "Estudiaba al que pateaba, nunca me jugaba a ningún lado antes de que partiera la pelota. No llevé la cuenta de cuántos atajé. En Argentina (en Independiente, 1994/1995) tapé doce. Creo que paré más de 40 penales en mi carrera".
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Pese a la cantidad de opciones, Morales siempre supo cuál fue su parada favorita: "El del paso a la final de la Libertadores de 1990 contra River Plate, cuando me quedé en medio (del arco) y con la pierna izquierda rechacé el tiro de Serrizuela. Eso me consolidó en Barcelona, porque ser querido no es fácil".
Fue su lucidez en el arco torero el que lo llevó a la selección nacional, a la que defendió en las ediciones de 1987, 1989 y 1995 de la Copa América.
"Atajador de reflejos extraordinarios, seguro de manos, dotado de una formidable agilidad y poder de reacción, bueno en el mano a mano en jugadas a ras de suelo. Es sin duda alguna uno de las más brillantes guardametas que ha tenido el país", reseñó el periodista e historiador Mauro Velásquez Villacís en su libro El fútbol ecuatoriano y su selección nacional (1998).
Tras su primera etapa con Barcelona, fue campeón con Independiente de Avellaneda en Argentina (1994, Clausura y Supercopa Sudamericana). Hasta el 2001, jugó por breves períodos también en Liga de Portoviejo, Emelec, Palestino (Chile), Espoli y Santa Rita. (D)