El marcador izquierdo del fútbol ecuatoriano Geovanny Nazareno, de 32 años, narró sobre sus alegrías, tristezas y decepciones que ha vivido como futbolista desde sus inicios en el equipo del barrio El Dorado y en el club Caribe Júnior, de Lago Agrio. Lo hizo en el programa Sin filtros que se transmite por Televisión Manabita.
El zaguero, quien también defendió a la selección de Sucumbíos y del Ecuador, señala que el fútbol es su pasión. “El fútbol ha sido mi pasión desde pequeño y salí del club Caribe, donde han surgido jugadores como Antonio Valencia, Cristhian Penilla, Fidel Martínez, Pedro Pablo Velasco, entre otros”.
Nazareno refiere que cuando llegó al equipo amarillo a los 17 años sufrió la primera decepción. “El profesor Pedro Pablo Perlaza me llevó a Barcelona y nunca supe más de él. Me entero de que a los 17 años ya tenía firmado un contrato, eso me marcó. La verdad hasta ahora no sé qué hizo el profesor Perlaza. Pero arriba hay un Dios y creo que me compensó en lo profesional. Estuve solo, me hicieron firmar un contrato que no sabía, era un niño, era ingenuo y no recibí de ese contrato ni un solo centavo”.
El defensa dice que buscaba un sueño desde niño porque el fútbol es su pasión. “Tuve la suerte de llegar a las inferiores de Barcelona. Pasé por momentos muy duros. Me tocó dormir afuera del estadio como dos o tres veces, era muy chico, pero las ganas estaban allí. El profesor Rómulo Sotomayor al verme dormir afuera del estadio me mandó a una casa en la ciudadela Bellavista”.
Nazareno recuerda su debut en primera categoría, en el 2005 cuando Jimmy Montanero era DT encargado de Barcelona. “Estaba orgulloso de saber que iba a practicar en el equipo de primera. El profesor Montanero me dijo que iba a jugar y debuté ante El Nacional, en Quito, perdimos 0-2 pero fue una alegría inmensa. En su momento dije que había logrado mi sueño de jugar en Barcelona, en el equipo más grande del Ecuador”.
El actual jugador del Delfín, que fue campeón con Deportivo Quito (2008), Barcelona (2012) y Delfín (2019), dice que en su vida ha pasado muchas cosas incómodas. “Fui a la oficina del presidente Eduardo Maruri (2011) para ver unos haberes que me adeudaba en su momento y me doy cuenta de que tenía firmado con Católica, nunca recibí ningún porcentaje de lo que hicieron en su momento, tampoco recibí un porcentaje cuando me volvió a comprar Barcelona, no recibí ningún dinero, nunca supe cómo llegué a Católica, nunca supe lo que hicieron en su momento y hasta ahora los dirigentes me dicen qué sucedió”, comenta.
El zaguero, que también defendió al CS Emelec, señala que no tuvo contacto con Francisco Egas, que esa época era presidente de la Universidad Católica.
Jamás me senté con el señor Egas (Francisco). Nunca firmé para U. Católica cuando Francisco Egas era presidente de ese equipo y aparecí en su nómina. Solo me enteré que había firmado con Católica y nunca me presenté, lo digo con respeto. Para mi todo fue una sorpresa, la gente me pregunta si jugué en Católica, que cuánto cogí, la verdad nunca supe cómo llegué".
Algo parecido le pasó en Deportivo Quito (2008) cuando estaba a préstamo. “En el 2009 me tocaba volver a Barcelona y me entero de que tenía contrato por un año más con Deportivo Quito. No supe cómo llegaron a poner un año más de contrato en Deportivo Quito cuando yo había firmado solo un año de préstamo”.
Jugadores del Barcelona dieron su apoyo a Geovanny Nazareno cuando fue suspendido por dopaje, en el 2001.
En el 2011, el jugador de Lago Agrio fue sancionado 16 meses por dar positivo en una prueba antidopaje y narra que no lo hizo premeditadamente. “Era muy delgado, me sentía frágil, no estaba a gusto con mi cuerpo y busqué una persona que me recomendara una pastilla para aumentar la masa muscular, me la recetó pero nunca supe que esa pastilla me iba a causar efectos negativos. Estuve 16 meses sin jugar, la gente se me reía, me insultaba, me hablaba mal, fue muy duro porque atrás estaba mi familia, me marcó mucho”.
Al vincularse a Mineros de Zacatecas (2015) sufrió otra decepción con su representante. “Mi vida ha estado marcada de muchas cosas, cuando uno es novato en tema de dinero, de papeles, hay gente viva que se aprovecha. Cuando fui a Mineros me llevó Pepe Chamorro, me dejó allá y no volví a verlo. No sabía qué hacer, solo esperaba que llegue el mensual para arrendar una casa, comprar un auto. No recibí ningún dinero de esa transferencia”. (D)