“Hace falta que algo cambie para que todo siga igual”, decía Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su novela El gatopardo. La frase del italiano es aplicable a la complicada realidad de Emelec en la LigaPro 2020. El técnico Ismael Rescalvo hizo variantes para visitar a El Nacional: estuvo en el centro de la zaga Joel Quintero en lugar del errático Leandro Vega, no jugaron los intrascendentes correlones Robert Burbano y Bryan Cabezas. A lo largo del encuentro ingresaron cinco futbolistas y hasta se pusieron en ventaja los azules, a los 53 minutos.
Pero pese a los cambios, todo siguió igual: en general, Emelec jugó mal y al final, como se ha hecho habitual, los eléctricos perdieron. Fue la sexta derrota en el campeonato, la quinta de visita en seis duelos fuera del Capwell y ahora está en el puesto número doce de la tabla, con 10 puntos (2 más que los colistas Deportivo Cuenca, Orense y Liga de Portoviejo). En resumen, Emelec es un desastre y permanece entre los peores conjuntos de la temporada.
En la rueda de prensa, el español Rescalvo dio su punto de vista de la caída 2-1 ante los militares la noche del miércoles. “En el inicio del partido hemos hecho unos cuantos pases y generamos tres o cuatro claras (opciones de gol). Esto habla del control que tuvimos en el primer tiempo. Luego, en el segundo tiempo, nos ha caído el gol (del transitorio empate criollo, mediante tiro libre de Hólger Matamoros, a los 69 minutos, que luego hizo el tanto del 2-1) cuando lo manejábamos (el partido)”.
“A partir del gol nuestro (de Jean Peña, en propia puerta) fue lo peor del partido. (Hubo) falta de confianza, pero no debería ser así porque no controlamos el juego. Se nos fue el control”, reconoció el entrenador millonario.
Agregó Rescalvo que ahora debe alistarse para recibir el domingo a Independiente, que “en un momento de los partidos nos cuesta imponer esa fortaleza mental. Los jugadores demuestran gran compromiso partido a partido. Hay que seguir sumando y ganar; actitud me transmiten en el día a día”. (D)