En plena crisis y amenazada con perder su estatus olímpico, la Federación Internacional de Halterofilia (IWF) se dotó este viernes de un tercer presidente en una semana, con la nominación de forma interina del británico Michael Irani.
"No tengo la intención de presentarme como candidato a la presidencia de la IWF en el futuro, por lo que me focalizaré plenamente en las reformas que lleven a un congreso claro y transparente", promete este médico, exresponsable de la comisión antidopaje, en un comunicado de la instancia.
Con base en Budapest, la Federación de Halterofilia había cesado el martes a su presidenta interina desde abril, la estadounidense Ursula Garza Papandrea, para sustituirla brevemente por el tailandés Intarat Yodbangtoey.
Esta maniobra había fuertemente "preocupado" al Comité Olímpico Internacional (COI), que tenía una "excelente cooperación" con Papandrea, según un comunicado del COI del miércoles.
Además del hecho de que Yodbangtoey es descrito como próximo del antiguo patrón de la IWF, en el centro de un escándalo de corrupción, Tailandia no participará en los Juegos Olímpicos de Tokio, debido a múltiples casos de dopaje entre sus deportistas.
El director adjunto de la IWF, el estadounidense Phil Andrews, había anunciado después su dimisión. En un comunicado, había deplorado chocar con visiones "a corto plazo y la codicia", cuando se esforzaba con reformar la instancia al lado de Papandrea.
Según el sitio especializado Inside the Games, el patrón de la Federación Europea de Halterofilia, el italiano Antonio Urso, también cerró la puerta el jueves al comité ejecutivo de la IWF, denunciando su "línea política loca y destructora" en un correo electrónico a sus miembros.
La semana pasada, el COI había amenazado con "reconsiderar el lugar la halterofilia en el programa des de los Juegos de París-2024", cuando debe determinar en diciembre próximo las pruebas y las cuotas de los deportistas para el evento francés.
Una expulsión de los Juegos firmaría un declive de la disciplina, cuando la IWF está sacudida desde enero por las revelaciones de la cadena alemana ARD, que había denunciado en un documental una "cultura de la corrupción" en el mundo de la halterofilia destinada a tapar el recurso al dopaje.
Unas alegaciones que el húngaro Tamas Ajan, de 81 años, presidente de la IWF durante veinte años tras haber sido secretario general, había calificado de "mentiras" antes de ser empujado a la dimisión en abril.
En el comunicado de la IWF del jueves, Michael Irani destaca la extensión "hasta 2024" de la cooperación de su federación con la Agencia Internacional de Test (ITA). (D)