Ezequiel Piovi, capitán de Liga de Quito, habló en exclusiva con ESPN.com en la previa al partido de la fecha de Liga Pro ante Emelec, este domingo en vivo por Star+. El capitán albo repasó los altos y bajos de esta temporada, analizó la evolución del fútbol ecuatoriano y se mostró ilusionado con lo que puede hacer la Selección de Gustavo Alfaro en Qatar 2022.
-¿Cómo evaluás este último año de Liga de Quito con tantos cambios de entrenador?
-Fue particular este año porque tuvimos tres técnicos distintos. Metodologías de trabajo e ideas de juego muy diferentes. Y, además, irregular en cuanto a resultados. Porque hemos tenido resultados muy favorables y otros no tanto. Por ejemplo, en la Sudamericana nos daban por muertos y llegamos a la última fecha con chances. Empatamos con Atletico Goianense acá y quedamos afuera, te queda el sabor amargo. Lo mismo en la primera etapa, fue bastante irregular para todos los equipos y terminarmos 2dos a un punto. Fue raro porque siempre terminamos peleando, pero no conseguimos los objetivos. Y eso nos marcó un poquito. Y ahora estamos ahí.
-¿El juego de este domingo ante Emelec es trascendental para ganar la 2da etapa?
-Sí, es un partido decisivo para nosotros. Más que jugamos de local y se toma como un clásico. Tenemos que ganar para seguir ahí arriba, son un rival directo.
-Se discutió mucho a Zubeldía por las rotaciones en la 1ra etapa, ¿Sin jugar Copa es más fácil enfocarse en la Liga Pro?
-Luís le dio más importancia a la Copa porque quedaban dos fechas del campeonato, era raro que Barcelona perdiera puntos. Decidió cuidar a algunos jugadores y apuntar a la Copa. Con el diario del lunes, decís: “Hubieras puesto los titulares, nadie te garantizaba después ganar la Copa y tenías chance en el campeonato todavía”. Pero la decisión la tomó Luís, acertada o no fue de él. Probablemente, cualquier técnico la comparte y cualquier hincha te dice que estuvo mal.
-¿La irregularidad de este año tiene que ver con tanto cambio de entrenador?
Sí, puede ser. La realidad es que los últimos tres técnicos que tuvimos son bastante diferentes. A Pablo Marini, por ejemplo, le gustaba la persecución hombre a hombre por toda la cancha. En el medio estuvo Kinito (Édison Méndez) que era de esperar y salir de contra. Y Luís (Zubeldía), que propone la presión alta grupal y ser protagonistas. Con el que más cómodos me siento es con Luís pero, también, no se nos dan los resultados que capaz merecemos o que estamos buscando.
La carrera de Ezequiel Piovi, cómo la de muchos futbolistas, surgió del sacrificio para superar la incertidumbre sobre si podría llegar a ser profesional. Tras quedar libre en las inferiores de Vélez, su primer partido en Mayores lo jugó en el ascenso de Italia, en el Messina. Estuvo meses sin poder jugar esperando una chance que llegó y duró poco, apenas 6 partidos. Problemas burocráticos y un cambio de DT lo enviaron de vuelta a la Argentina. Otra vez sin club, la confianza en sí mismo lo mantuvo a flote. Consiguió una última oportunidad en Lamadrid, un equipo de 4ta División. Sin sueldo, trabajó en un local de ropas para alimentar su sueño. Siguió confiando y jugando. Llegó Fénix, después Almagro y luego, Arsenal. Cada equipo fue un ascenso de categoría y un paso adelante en su carrera. El próximo tenía que ser fuera del país. Llegó a Liga de Quito en julio de 2020. En plena pandemia, encaró el mayor desafío de su carrera.
-¿Qué sabías de la Liga Pro cuando llegaste a Liga, hablaste con los argentinos en el club?
Conocía lo que conocemos todos. Liga, Barcelona, Emelec, pero no veía mucho de la Liga Pro. Sabía que venía a un equipo grande y que iba a tener exigencia, participación internacional, que era lo que yo estaba buscando. Después de firmar, con la decisión tomada, hablé con Gabba y con Lucas Villarruel. Me ayudaron contándome cómo era el clima, dónde tenía que irme a vivir, cómo era la ciudad.
-Tras varios años en Ecuador, ¿cómo caracterizás al fútbol local?
-Algo que todavía me sigue llamando la atención es el tema de los espacios. Hay bastante más espacio que en el fútbol argentino. Y más en la altura. Llega un punto en el que los partidos, en los segundos tiempos, se cortan y ya no hay mediocampo. Es ataque contra defensa. En Argentina, en mi puesto, como volante central, como máximo tenés 2 o 3 toques. Acá a veces puedo trasladar muchísimos metros, desde campo propio al rival. Y más en Liga como local donde los equipos suelen esperarnos mucho. En el llano hay menos espacios, más ante Barcelona y Emelec que en sus canchas que te salen a presionar.
-¿Cómo valorás al fútbol ecuatoriano en el contexto sudamericano?
-En cuanto al público, no se vive de igual manera a como lo vivimos en Argentina. Nosotros estamos un poco más locos, lo vivimos con otra intensidad, con otra pasión. Los clásicos las canchas están llenas, con público local, público visitante, mezclados en las plateas, celebran los goles, y no pasa nada. En cuanto al juego creo que el fútbol ecuatoriano creció muchísimo. Se metió ESPN, llegan más diarios. Pasan los partidos por Star+, tenés otra vidriera que antes no existía. Hay muchos chicos en Europa. Creo que nunca hubo tantos ecuatorianos en el exterior como ahora. Están haciendo mucho trabajo en inferiores. Hay muchos ecuatorianos en México y Estados Unidos. Cuando llegué acá lo hice pensando en dar el siguiente paso hacia la MLS o México.
-¿Hoy seguís pensando en la Liga Pro como un trampolín o ya está al nivel de México?
-Creo que todavía el fútbol mexicano está un poquito arriba. Siempre quiero ir por más y no me conformo con nada. Aspiro a dar un paso más. No estoy apurado. Si se me presenta la oportunidad genial, pero estoy contento acá, estoy súper cómodo. Es una ciudad muy linda, muy tranquila. Tenés la exigencia de estar en un equipo grande, pero la gente lo vive diferente, no hay tanta presión como si estuviese en un grande de Argentina.
La personalidad de Piovi lo destacó en cada equipo donde que jugó. Fue capitán en todos sus clubes y, a las 29 años, Liga de Quito no fue excepción. Esas cualidades le permiten reconocer otro liderazgo cuando lo ve aunque sin resignar su lugar.
-¿Ya le diste la cinta de capitán a Dida Domínguez?
No, la cinta todavía la tengo yo (risas). La decisión la tomó el cuerpo técnico de Marini, a principio de año, y el plantel lo aceptó. Luís lo reafirmó cuando llegó, quería que yo fuera el capitán.
-¿Cómo tomó el plantel la llegada del arquero de la Selección?
Bien, es un referente. Por la carrera que hizo, porque salió del club, por lo que hizo en la Selección. Revolucionó un poco lo que fue su llegada. Fue algo que Luís (Zubeldía) buscó porque Gabba está lesionado, se lesionó Falcón y estaba solo Brian Heras. Y se dio que justo llega Dida que viene a buscar ritmo para llegar bien al Mundial.
-¿Cómo ves a Ecuador para el Mundial de Qatar 2022?
-Lo veo muy bien. He tenido la posibilidad de hablar bastante con Gustavo (Alfaro). Tiene muy bien estudiado a su plantel. Sabe muy bien lo que puede lograr con sus jugadores. Y lo que ha logrado hasta ahora. Creo que puede llegar a ser una de las revelaciones del Mundial.
-¿Qué jugador ecuatoriano te sorprendió por su calidad?
-Uno es Joao Rojas, que se fue de Emelec a México y se lesionó, lamentablemente. Para mi es muy bueno. Moisés Caicedo es un crack, ese chico es un animal. Ángelo Preciado, que ahora está en el Genk. Hay varios chicos, uno que me llamó la atención y lo tuve de compañero es Nilson Angulo que ahora se fue al Anderlecht. Lo he hablado con Gustavo porque ese chico tiene un potencial tremendo. Esperemos que aguante en Bélgica y le haga bien el fútbol europeo.
-La pregunta final que hacemos siempre, ¿asado argentino o encebollado ecuatoriano?
-Asado, asado. Me llevo bien con la comida ecuatoriana, me gusta el ceviche, el encebollado. Pero si tengo que elegir prefiero el asado.