En la última gira asiática, Paolo Guerrero dio muestras de que todavía es un jugador convocable. Sin brillar, dio destellos de calidad y una virtud que lo hace aún más útil: saber y poder jugar fuera del área, sin la presión insistente del gol. Repartió funciones con Gianluca Lapadula y dejó el mensaje de que pueden jugar juntos, con el ‘Depredador’ de segundo punta y el ‘Bambino’ de referencia de área. Está claro que Paolo sabe que en este momento de su carrera él necesita adecuarse a la selección, y no al revés. Por ello también tomó la decisión de cambiar de aires. No era titular en Racing y es muy probable que sintiera en el día a día que podía competir con los delanteros que estaban por encima de él. Así, de un momento a otro, se dio un apretón de manos y anunció su salida.
Ecuador aparece en su horizonte. Una liga competitiva, donde el lado futbolístico es consecuencia del aspecto físico, que pondrá a prueba al goleador histórico de la selección peruana. Un club grande, que apuesta sus fichas a la Copa Sudamericana y que confía en la capacidad goleadora de un ‘9′ que aún tiene pólvora. Bien rodeado, y con la imagen de que el ex Racing va a ser el referente en ataque, Paolo puede mejorar los números de su ciclo en Avellaneda. Para la selección, sería un golazo. Está claro que el ‘Depredador’ no necesita demasiado para ser convocado. Con que se gane el puesto y tenga continuidad en LDU, para Reynoso debe ser suficiente. Si hace goles, mucho mejor para todos. Llegará en ritmo y con otra motivación a la Videna.
Las Eliminatorias es el objetivo de todos los peruanos que juegan en el exterior, aunque muchos lo ven como un deseo. Paolo Guerrero es uno de ellos. Sabe que al arranque de este proceso puede llegar tranquilo, y que dependiendo de su rendimiento se puede ir trazando otras metas, como la Copa América y el próximo Mundial (aunque ese suene casi imposible). Con el ‘9′ es paso a paso y partido a partido. No hay más.
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