Para subir al escenario del Teatro Chatelet de París lució un traje negro con un detalle especial en el cuello de su camisa. Vestido como lo había hecho el rapero Tupac cuando acudió a la gala de los American Music Awards en enero de 1996, meses antes de ser asesinado a tiros en Las Vegas, Karim Benzema recibió su primer Balón de Oro de las manos de Zinedine Zidane, su ídolo. En la ciudad de la luz, el extraordinario delantero del Real Madrid le sacó brillo al que probablemente sea su mejor trofeo individual, el que lo condecoró como el mejor futbolista del mundo.
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Puede sonar irónico, pero Karim se consagró en Francia, el país que lo vio nacer pero del que nunca se sintió cien por ciento identificado. Sexto hijo de una familia proveniente de Cabilia, Argelia, nació en los suburbios de Lyon. Sus padres, Hadid Benzema y Wahida Djebbara, le marcaron el camino con mucho rigor y él buscó refugio en sus hermanos, pero no pudo escapar de esa sensación espantosa de no pertenecer a un lugar. No se sintió con sangre francesa y en su tierra jamás lo sintieron completamente francés.
En medio de ese contexto adverso, Benzema se hizo fuerte, esquivó las balas como si fueras defensores rivales, se sobrepuso al acoso, edificó un nombre, se convirtió en una estrella del fútbol y ahora está en la cima, en la misma mesa en la que se sentaron Lionel Messi y Cristiano Ronaldo durante mucho tiempo y que también le dio un espacio a su amigo Luka Modric. A sus 34 años, llegó a la cima, pero cuando nació, aquel 19 de diciembre de 1987, su mundo era completamente distinto.
Al pequeño Karim le costó la adaptación a la sociedad. En el colegio católico donde estudiaba lo discriminaban por su sobrepeso y su ascendencia argelina. Ese perfil de futbolista rudo, como si no tuviera emociones, se formó en esos días oscuros. De chico empezó a relacionarse con pandillas de Bron, el barrio donde nació y se crió. Pero su padre supo sacarlo de ese camino. Incluso lo ayudaron a corregir sus hábitos alimenticios, algo que ayudó a que mejore su estado físico.
Su camino en el fútbol arrancó cuando tenía ocho años en el Bron Terraillon de su ciudad natal. En un partido ante las divisiones menores del Olympique Lyon marcó dos goles y despertó el interés de los entrenadores rivales. Un año después ya estaba vistiendo la camiseta con la que debutó profesionalmente en 2005. En los ‘Leones’ estuvo hasta 2006 donde marcó 66 goles en 148 partidos. Pero hubo un hecho que marcó de qué estaba hecho.
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“No se rían, estoy aquí para sustituir a alguno de ustedes”
En 2009, el año en el que fue fichado por el Real Madrid, se publicó un cómic sobre Karim Benzema. La toma fue parte de una saga donde se cuenta la biografía de los mejores jugadores de aquel momento, como Lionel Messi o Kaká. En la del goleador se narra las bromas pesadas que sufrió en el primer equipo del Lyon.
Cuando Karim, con 17 años, fue promovido le tocó dar un discurso en el centro de un vestuario que tenía como referentes a jugadores como Florent Malouda, Eric Abidal, Michael Essien y Giovane Elber. Cuando Benzema empezó a hablar, tartamudeó, algo que los veteranos no dejaron pasar. Empezaron a interrumpirlo y mofarse de él.
El delantero, lejos de intimidarse, los miró a los ojos y les dijo: “Me da igual las bromas que hagan sobre mí. No se rían. Estoy aquí para sustituir a alguno de ustedes”. Después de ese desafío a los pesos pesados del Olympique, Benzema terminó convirtiéndose en un referente del equipo.
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Una coca cola, el inicio de “una historia de amor” entre Florentino Pérez y Benzema
Cuando a Karim Benzema no lo entendía ni su padre, Florentino Pérez se fue a su casa en el barrio de Bron, en Lyon, y se sentó a esperarle. Una historia que el propio presidente del Real Madrid catalogó como “una historia de amor”. Fue en 2009, cuando Pérez decidió retomar las riendas del club.
Nunca antes lo había hecho. Nunca más lo volvió a hacer. Era tal el convencimiento del mandamás en el joven delantero del Lyon al que lo veía como Ronaldo Nazario, que fue directamente a su hogar para ficharlo. Ya en casa de los Benzema, le ofrecieron una coca cola mientras los padres llamaban a su hijo. “Ven ahora mismo”, le dijeron. Pero Karim estaba con sus amigos y les dijo que no. “Tienes que venir, está aquí Florentino”, le replicaron a través del celular.
Tras escuchar el nombre del presidente del Madrid, la primera imagen que se le vino a Benzema a la cabeza fue la de Figo, Zidane, Ronaldo y Bekcham, los galácticos que contrató Pérez en su primer mandato. Dejó a sus amigos, fue a casa, le dijo un tímido hola a Florentino, que se dirigió a él y a su familia en francés, y dejaron cerrado su fichaje por el Real Madrid. Trece años después el delantero francés es el único jugador que se mantiene en la plantilla desde el regreso de Florentino, el capitán del equipo, el segundo madridista con más títulos (24) tras Marcelo (25), el segundo máximo goleador del club (328) tras Cristiano (451) y, desde el último lunes, el futbolista número 12 en la historia del Real Madrid que gana el Balón de Oro.
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Sus escándalos más visibles en España
Su llegada a España no lo despegó de sus raíces ni de los problemas que allí lo atravesaban. Según medios españoles, la mayoría de los hermanos y amigos de Karim Benzema siguen viviendo en Bron, y es el futbolista el que los ayuda a resolver los problemas con la justicia por robos de autos o departamentos, venta de drogas o peleas callejeras.
Ni bien llegó a Madrid, a mediados de 2009, fue investigado por ser parte de una red que trabajaba con pornografía infantil. También fue multado varias veces por conducir a exceso de velocidad y por no tener el registro para conducir. En 2010 fue acusado de mantener relaciones sexuales con Zahia Dehar, una prostituta francesa de origen magrebí, cuando ella tenía 16 años, en 2008.
Nadie dudó nunca de su talento dentro de un campo de juego, pero sus problemas afuera siempre lo expusieron y lo alejaron de los primeros planos. El punto más crítico fue el caso de extorsión sobre su compañero de selección Mathieu Valbuena, en 2015. Un supuesto amigo de la infancia de Karim Benzema, junto a otros tres chantajistas, le exigieron a Valbuena 150.000 euros para no difundir un video sexual con su pareja. Valbuena expuso el caso ante sus compañeros y fue el propio Benzema quien lo aconsejó para pagar ese dinero.
La justicia francesa lo involucró directamente en el caso como supuesto cómplice. El delantero francés quedó detenido y pasó una noche en la cárcel de Versalles. El “caso Valbuena” sirvió para que Didier Deschamps, técnico de la selección de Francia, tomase la determinación, en diciembre de ese 2015, de apartarlo del conjunto nacional. Una decisión durísima, porque le impidió formar parte de la consagración en el Mundial de Rusia 2018.
Salió de todos los conflictos en silencio. Aceptó ser el segundo siempre, trabajar para los demás. Y llegó a la cima con perseverancia. El propio Lionel Messi parece haberle cedido la corona a Benzema, al admitir que el francés se merecía el premio que el argentino ganó siete veces. “Yo creo que no hay dudas, está clarísimo que Benzema hizo un año espectacular. Terminó consagrándose con la Champions, siendo fundamental de octavos hacia adelante en todos los partidos. Creo que no hay dudas este año”. Hoy, Karim está en la cima del mundo.
El top 10 del Balón de Oro:
- Karim Benzema (Real Madrid)
- Sadio Mané (Liverpool/Bayern)
- Kevin de Bruyne (Manchester City)
- Robert Lewandowski (Bayern/FC Barcelona)
- Mohamed Salah (Liverpool)
- Kylian Mbappé (PSG)
- Thibaut Courtois (Real Madrid)
- Vini Jr. (Real Madrid)
- Luka Modric (Real Madrid)
- Erling Haaland (Borussia Dortmund/Manchester City)
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