La lesión de Thibaut Courtois –se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda– fue un duro golpe para el Real Madrid a pocos días de iniciar oficialmente la temporada 2023-24. Cuando los focos estaban puestos en la posible llegada de Kylian Mbappé o algún otro delantero, los directivos se vieron obligados a cambiar sus planes y mirar hacia el arco. De esta manera, tras días de rápidas negociaciones, los ‘blancos’ finiquitaron la cesión de Kepa Arrizabalaga, quien llega proveniente del Chelsea y se quedará en el Santiago Bernabéu hasta el 30 de junio del 2024.
Carlo Ancelotti es un viejo zorro y sabe perfectamente que sin un portero de calidad comprobada –como la de Courtois–, no podrá competir en la que será su última campaña al mando de los ‘merengues’, antes de desembarcar en la Selección de Brasil. Así pues, llegada de Kepa se hacía necesaria para cubrir el hueco que había dejado el belga.